30 de julio de 2025

 

Millie Black. HBO Max. Miniserie. Yo había empezado a verla sola porque me interesa todo lo que se refiere al Caribe, y más si es el Caribe anglófono (que leí en parte, cuentos y alguna que otra novela).Vi un capítulo y me pareció que a Odi le iba a gustar también así que lo dejé. Ahora la vimos juntos en dos o tres días. Me gustó muchísimo y descubrí que está escrita por un escritor de Jamaica del que leí un solo libro…, un libro impresionante: “Leopardo negro, lobo rojo”, una novela fantástica impresionante, basada no en los mitos europeos (elfos, magos, brujas) sino en los mitos de África, esos que cruzaron el Atlántico Negro en tiempos de la esclavitud. El libro… es increíble, muy duro, muy violento pero realmente impresionante. La serie también, en muchos sentidos. Toca, entre otros temas, el problema de los gays en el Caribe, ese odio constante que les tienen, la forma en que los atacan. La puesta, la fotografía, los colores muy pero muy saturados, los diálogos…, todo para mí tiene una fuerza que reconozco (porque leí ese libro). Es en Jamaica y algo en Londres y también hay mucho de colonialismo, de dependencia, de pobreza extrema, de lucha por la supervivencia. Y el mal existe, claro, el mal en un sentido metafísico y al mismo tiempo muy pero muy humano. Hay diálogos que me impresionaron mucho, y que hacen que la historia sea más…, no sé, cercana a la realidad, al espanto de este mundo nuestro. Y a las razones de nuestros actos, nuestra inteligencia, nuestras obsesiones. Me gustó mucho.

 

Untamed. (Netflix). Ayer terminamos Untamed, una miniserie policial que transcurre sobre todo en el Parque Yosemite (un lugar al fui durante un día breve y maravilloso un año que fui a un congreso de literatura en los EEUU). Era verano  pero yo me morí de frío, igual que mi amiga brasileña. Eso ya, me fascinaba: que no fuera un policial urbano (como son la mayoría de ellos en estos tiempos). Me gustó mucho…, tal vez excepto la última vuelta de tuerca que encontré un poquito artificial y difícil de creer, pero el resto, incluyendo diversos culpables y los secretos terribles de algunos personajes principales, el que hace Eric Bana (al que hacía mucho que no veía) y el de su esposa (Rosemarie DeWitt), me parecieron bien planteados, la revelación bien armada en el momento preciso, y muy conmovedores. Todos los actores, los que ya nombré, Lily Santiago, que es la segunda del personaje de Bana, una guardaparques, y Sam Neill, que es el jefe de los dos, trabajan como los dioses. Les creí todo, incluso en ese final para mí medio tirado de los pelos. La fotografía, los lugares, la amenaza y belleza de la naturaleza (la amenaza es menor que la de los hombres, por cierto), todo eso es una belleza. Y desde la primera escena (que por supuesto cumple esa regla no dicha pero muy vigente de las series de los EEUU, que es empezar muy arriba en cuanto a tensión), cuesta dejar de verla. El rol de los caballos, a mí, que los extraño mucho (dejé de montar hace treinta y pico de años, salvo algún alquiler pero hace muchísimo), me conmovió bastante, igual que el personaje de Bana, claramente el protagonista. Es el tipo de personaje, supongo: me gustan mucho esos personajes maduros (no viejos pero no jóvenes) que necesitan aprender a querer, a aflojarse, ni siquiera el amor de pareja, no, sino a aflojarse y querer a amigos, a compañeros de trabajo. Que necesitan un poquito de humanidad. En ese sentido, los diálogos son perfectos, recuerdo sobre todo uno en el que un personaje secundario (una mujer que vive en comunidad en medio del parque, en carpa), al que él acusa, le dice que la falta de humanidad que él le reprocha, también es algo típico de él. También me gustó mucho cómo todos (menos los turistas, que casi no aparecen) en el parque se conocen y se reconocen, como pasa cuando se vive en un lugar chico, de pocos habitantes. Y son solamente seis capítulos. Como siempre, yo disfruto las series largas pero las miniseries me parecen un formato ideal (aunque cuando se terminan, las extraño).

 The Son. Es una serie con Pierce Brosnan en el Oeste…, tipo década de 1910, no en la fecha más común del western. No estaba acostumbrada a ver a Brosnan en ese género que me gusta mucho y que conozco bastante pero ahora ya van dos veces que lo veo de “vaquero” o “patriarca” en un rancho. La serie es interesante empezando por la fecha (corrida de la más común, entre 1865 y 1900), pero hay mucho más que eso. Transcurre en el Sur de Texas después de la Guerra con México, en un lugar donde había indios todavía (comanches, en este caso) y también un odio grande entre los mexicanos que siempre habían estado ahí y los recién llegados estadounidenses, que habían ganado la guerra y se habían quedado con lo que antes era México. Y por lo tanto hay tres lenguas: inglés, comanche, mucho castellano. Eso, ya, me atrae.

La serie está contada en dos tiempos: la adolescencia del personaje de Brosnan (Eli) y su madurez-vejez, cuando ya es poderoso y cruel cuando siente que eso hace falta. Se llama “El hijo” pero hay dos: él mismo en esa adolescencia y su hijo en el “presente” en el que se cruzan autos tipo Ford T y caballos.

Tiene una violencia casi constante y poderosa, bien filmada (eso es algo que los yanquis saben hacer, claro está),y diálogos muy interesantes sobre dinero, poder, racismo, búsqueda de alianzas, búsqueda justicia. Y hay mucho del western que estoy tratando de traducir ahora, el de Van Tilburg Clark, sobre tomarse la justicia en mano propia (la tendencia del Oeste hasta que se cerró y todavía ahora). Me interesa mucho. La disfruto en parte, me indigna en otras. Lo que siento es que no sé qué quiere decir…, qué quiere mostrar, adónde va. Por lo menos por ahora. De todo, lo que más me interesa es, en la historia del pasado, que se trate de un caso de prisionero blanco, hombre, no mujer. Y de la forma en que se va volviendo “comanche”… 

Final The Son.  Terminamos The Son (El hijo) anoche. Otra serie durísima que es (creo) una metáfora de la relación entre los EEUU y las tribus del Oeste y también entre los EEUU y México, entre los anglos, los amerindios y los latinos. Cuenta dos períodos distintos en un montaje de dos historias paralelas, la del protagonista en la juventud (en la que termina como parte de los comanches) y la de él mismo como patriarca y dueño de un rancho alrededor de 1910, cuando empieza a importar el petróleo y no tanto la ganadería, y su relación con otro hijo, el propio, con sus vecinos latinos y con el dinero. Como metáfora funciona muy bien y el final es devastador, devastador en ambos tiempos. En ambos. En la última escena, el comanche que lo guio (el mismo actor que hace de Chee en "Dark Winds") y el chico (Pierce Brosnan en la adolescencia), ven pasar una caravana desde un acantilado (escena seminal de los westerns) y el adulto le pregunta "¿Cuántos son? ¿Cuándo van a dejar de venir?" Y el chico le contesta: "Son muchos" y Nunca". En la anterior, se ve la derrota terrible de los latinos y la traición de los anglos que quieren quedarse con la tierra.  

Está muy bien hecha, muy bien contada, muy bien actuada en general, mucho cuidado en los escenarios, las tomas, la ropa, el suspenso. Una de las últimas cosas que le dice el jefe de la familia mexicana a Eli, el personaje de Brosnan es que nada lo satisface, que nada le basta en cuanto al dinero. Siempre quiere más. Y esa, claro, es la "libertad" de los liberales y los neoliberales. No debe haber límites. Duele, pero me gustó mucho. Cada vez me gusta más Brosnan en medios en los que yo no me lo había imaginado, como jefe de la mafia, en el Oeste

 

El oso, última temporada. La vemos en Star Plus (Disney). La venimos viendo desde el principio. Hay algo general que me molestaba y que está arreglado hasta cierto punto ahora: al comienzo de la serie, el protagonista, “Carmen” (me llama la atención el nombre para un hombre y no recuerdo la explicación, si es que la hubo), tiene un restorancito de sándwiches, para gente común. A lo largo de todas las temporadas, el restorán es ahora uno súper fino con esos platos todos adornados y diminutos (yo, que como, sí, pero no tanto, me moriría de hambre ahí), que parecen pinturas abstractas de distintos colores. Bueno, la idea es que necesitan conseguir una estrella…, algo que sostiene uno de los hilos de la acción. Ese cambio me disgusta. Y mucho. Ideológicamente, sin duda. La otra épica me interesaba más. Bueno, ahora, al lado, donde siguen las instalaciones del primero, hay otro intento de sándwiches y se relata un poco lo que intentan hacer los que lo tienen. Algo es algo.

Pero a mí siempre me gustó mucho más la parte humana, la historia de relaciones entre los dos chefs, Carmen y su segunda; entre Carmen y su familia, su hermano muerto, su hermana viva, su madre (la increíble Jamie Lee Curtis, una malvada de película, increíblemente conmovedora), los otros del restorán.

Cuando empezó esta temporada, los primeros capítulos (es una serie de capítulos de media hora, para mí demasiado poco, no me gustan mucho esas, con excepciones, claro, y esta es una) no me gustaron. Eran muy restorán y era más de lo mismo (la serie tiene un estilo de presentación, de tomas, de primeros planos, es muy ella misma en eso y está bien). Pero después del tercer episodio (creo, no sé si los cuento bien), eso cambió. Y hubo escenas muy, muy conmovedoras que dicen mucho de la excelencia de los actores: una donde el Oso habla con su ex novia; una en la que todos hacen una pausa en el restorán porque la hermana viene a mostrarles su bebé y de pronto, todo se detiene y es intensamente bello y conmovedor. La duda y el drama de la segunda al mando también tiene ese tipo de sentimiento. Así que ahora, la estoy disfrutando.

 

Long, Bright, River. Max. La estamos por terminar, supongo…, es una policial que sucede en Filadelfia, en un barrio bien de abajo. Nos gusta mucho pero es poco lo que se puede disfrutar, hay tantas cosas que están mal, tantas, es tan angustiante lo que pasa, hay tanta… fragilidad, tanta vulnerabilidad que, creo, que además de todo, se nos conecta con el mundo afuera, con la crueldad general. Me parece excelente la puesta, lo que se ve, las tomas del tren y los murales en las paredes y las casas, algunas deshechas, y la pobreza. Me hace pensar un poco en The Wire en ese sentido, aunque no es el mismo tipo de historia (esta es menos coral, más…, bueno, más tradicionalmente centrada en un personaje). Supongo que estaremos a punto de terminarla porque hay enigmas que ya se resolvieron en parte… y también es una serie sobre el peso de los secretos, sobre el peso de los pactos familiares y sobre los errores (tantos) que se pueden cometer aún con las mejores intenciones. Las actuaciones me gustan mucho y el hecho de que nadie parece raro, demasiado lindo o demasiado especial. La mezquindad de algunos…, la crueldad también está ahí, claro. Creo que estos días veo eso en todas partes. 

 

A Discovery of Witches Temporada 2.  A discovery of witches temporada 2.
La terminé anoche. Estoy viendo dos series al mismo tiempo (cosa que no suelo hacer, a menos que sea una que comparto con Odi y otra para mí. Tampoco leo dos cosas al mismo tiempo..., supongo que mi mente es "de a uno y gracias". Pero ahora yo estoy viendo dos sola porque están poniendo de a un capítulo (sistema que me encanta, a pesar de que me olvido mucho) una que me gustó hasta ahí pero me divertía (y sigo así): La edad dorada. The golden age, en Max. Y cuando las comparo, la fantástica y la "histórica" en cuanto a mostrar un período especial de la Historia de EEUU, en Nueva York, la distancia es increíble.

Discovery es fantástica..., cada vez me gusta más. Plantea problemas realmente interesantes y para eso usa la fantasía: hermandad entre diferentes, incluso diferentes en cuanto a "especies" (brujas, vampiros, humanos, etc, obviamente un símbolo complejo); cooperación entre ellas a pesar de todo; ambición de algunos; el problema del poder y de cómo usarlo; los límites éticos del poder; el miedo frente a los poderosos; la discriminación y más. Cada vez me entusiasma más... La disfruto mucho. Claro que yo soy de las que aman las "de amor", esas parejas desparejas que resultan bien (tal vez porque en otro sentido, menor si se quiere, esa fue y es mi pareja todavía; o porque es un tema que nunca supe contar pero amo ver contar a otros), pero no es solamente eso y ahí es donde me entusiasma, como me entusiasmó Outlander (falta una temporada, la estamos esperando).

La edad dorada es una pavadita bien filmada, bien trabajada y tontita en muchas cosas. Superficial hasta el fondo (con perdón del oxímoron) pero me divierte. La veo mientras la critico..., y me hace reír por esa superficialidad aguda. Por ejemplo, la cuestión racial..., está buenísimo que aparezca en una historia del XIX, que se plantee pero me parece tan pero tan superficial... Y sin embargo, recuerdo a los personajes, los sigo, vuelvo a ser algo infantil al verla. Y me hace bien en este clima inclemente en todo sentido: climático (horrendo), económico (uffff) y por supuesto, político (ay). Y creo que, a mis 67, una aprendió ya a aferrarse a lo que puede para respirar en la congelación.

A Discovery of Witches, fin de la serie. Es raro que yo vuelva a mirar algún de una serie que ya terminé, como es raro, rarísimo, que me dé el tiempo para releer un libro, a menos que quiera prepararlo para una clase (ahí sí). Siempre siento que prefiero usar mi tiempo para leer algo nuevo… Pero vuelvo a algunas partes de algunas series, algunos libros. Lo hice con Outlander, varias veces. Con algunas de las que se hacen sobre las obras de Jane Austen, con algunas películas…, aunque fuera alguna escena, algún capítulo. Y me pasó con esta serie (que lamento enormemente haber terminado).

El final es maravilloso, cierra absolutamente, sobre todo en su mirada del poder (y no solo el de las brujas o los vampiros, sino el “poder” en un sentido político y social), cierra desde todo punto de vista y es…, realmente, un final de alegría, esa especie de satisfacción que se siente cuando se sube una ladera (sobre todo si, como yo, eso cuesta mucho y una termina sin aliento) y de pronto, ahí estamos, arriba, y, sí, valió la pena. Por eso, aunque no es lo mismo que piensan todos los que la vieron, para mí, la tercera temporada fue mi favorita. Pero volví atrás al capítulo del casamiento en la temporada 2 y volví a ver los dos últimos después de haberla terminado. Quería volver a sentir ese alivio, esa satisfacción. Eso que hace tanta falta en estos tiempos. Una maravilla haberla descubierto.

 

Mobland. La encontramos de nuevo fuera de las plataformas y la seguimos anoche. Creo que llegamos al capítulo 8. Mejoró inclusive, tal vez porque el protagonismo del “Fixer”, Tom Hanks y el de uno de los hijos del mafioso (Pierce Brosnan, realmente excelente –yo lo recuerdo mucho más como “bueno” así que este papel lo hace todavía mejor actor que los anteriores—) se volvieron…, digamos, más atractivos para mí. Hay muchísima violencia (eso también es Guy Ritchie, claro) y mucha “maldad” (para ponerle una palabra) porque relata una guerra entre bandas de mafiosos, nada más cruel) pero ciertos personajes me parecen defendibles hasta cierto punto (no del todo, para nada) así que puedo…, bueno, acercarme a ellos. Y sobre todo, después de tantas series que nos desilusionaron, dejamos enseguida, no conseguimos entrar, es un alivio el buen guion, la buena dirección, las buenas actuaciones, las tomas vertiginosas… Anoche nos quedamos hasta las 12…, por primera vez en varios días.

Mobland fin de primera temporada.  Ayer terminamos lo que hay de "Mobland". Me pareció impactante en todo sentido aunque sea un tipo de historia (sobre las mafias) que en general rechazo). Tal vez porque hay personajes que tienen cierta..., no sé, nobleza a pesar de todo. Escondida, por supuesto (nadie puede ser demasiado eso en ese medio...), pero algo de eso hay. Y el guion es perfecto, las actuaciones, increíbles, todas, incluyendo un Brosnan haciendo de terrible pater familias..., cuando yo (por lo menos) estoy más acostumbrada a verlo de héroe. Quedaron muchas cosas muy abiertas, muchas, así que supongo que habrá otra temporada. Son diez capítulos.

 How to Train your Dragon.  En el cine. Fuimos con Gali y Vigo a Adrogué a ver "Cómo entrenara tu dragón" con actores. En primer lugar, qué alivio y qué alegría ir a una función repleta de chicos y grandes, sobre todo chicos (últimamente, me siento una de las últimas de la especie que sigue amando ir al cine, ver en la pantalla grande y no solo en casa, donde también lo disfruto pero no es lo mismo).

Ahora, lo que sentí (yo por lo menos): el dibujo animado, que vi hace un tiempo, me había parecido hermoso: la historia, perfecta; la solución, colectiva; la necesidad de respetar al diferente, muy bien planteada y también, en la relación padre/hijo, es una película con hombres y chicos en el medio pero las mujeres están muy bien tratadas. Todo eso puede decirse de esta película casi exactamente igual, más el humor que no recuerdo tan directo ni tan efectivo. La historia es la misma y no me molestó volver a verla. Está muy bien hecha. Emociona, enamora. Vi cómo se divertían los chicos y Vigo no se asustó para nada… Gali tampoco, claro, pero él es más grande. A mí me gustó mucho. Eso sí: si alguien no vio la otra, yo vería esta primero para dejar lo mejor para el final, como me decía que había que hacer mi viejo… (tal vez porque amo los dibujos animados), pero realmente me gustó mucho a pesar de que estaba doblada

 

A Discovery of Witches. Netflix. Bueno, mientras seguimos sin encontrar una serie que nos guste (vimos el principio de tres o cuatro y nos fueron imbancables), cuando Odi se fue a dormir anoche (siempre se duerme antes que yo), yo seguí con Discoveries of Witche, una que estoy viendo hace tiempo ya. Supongo que es imposible no hablar de gustos otra vez. No digo que sea para todo el mundo, sé que estas cosas suelen (no siempre) gustar más entre mujeres. Lo cierto es que tengo que decir que la estoy queriendo mucho. Cómo me gustan las series como esta: de fantasía mezclada con la realidad (fantástica, diríamos), y con un amor entre dos de “especies” diferentes (como pasaba en las tres primeras hermosas temporadas de True Blood, que después se fue al diablo). Eso y ese algo emocionante y bello que tiene para mí descubrir de a poco un universo con leyes diferentes. Ah, además de que el actor, el mismo inglés fabuloso de Department Q me parece absolutamente interesante.

El amor entre los dos seres diferentes que se unen en la serie me conmueve y me hace mucho, mucho bien, de la misma manera absolutamente hermosa en que me conmovía Outlander (la comparan con esa y tiene algo de eso: dos seres de mundos distintos que se ven y se quieren contra todas las reglas que antes aceptaban). Porque lo que pasa en una historia común, conocida, como esa, es que alguien que tal vez creía que los “otros”, los “diferentes” no eran tolerables, no eran dignos de nada, descubre que sí. Que son hasta necesarios.

Por otra parte, me fascinan los escenarios de Oxford y Francia: esa mezcla muy extraña y muy europea entre autos recontra modernos, teléfonos celulares por un lado y por otro, castillos y lugares muy antiguos y bellísimos. La estoy disfrutando mucho mientras nos asomamos a series espantosas y las dejamos a la media hora… La última que intentamos era tolerable hasta el momento pero ya era tarde y Odi renunció.

 Mobland. Netflix. Estamos viendo una serie de Guy Ritchie con un elencazo (Helen Mirren, Pierce Brosnan, Tom Hardy y varios conocidos más). Es una historia típica de Guy Ritchie (que en general, me gusta mucho: acción, acción pero no de tipo piñas sino más bien tensión, suspenso, rapidez, algo rápido pero inteligente) y nos está gustando. Mafia, claro…, y el personaje de Hardy que está en una posición increíblemente difícil: la del “fixer”, el que arregla los problemas de los jefes…, poderoso pero muy expuesto. A mí, Londres me conmueve y la ciudad está muy presente en la serie. El movimiento de la cámara es impresionante y la velocidad, angustiante. La crueldad es enorme pero no es esa crueldad intolerable que yo no tolero (como en las películas danesas que vimos antes). Vamos por el capítulo 2…, y me está gustando… Veremos cómo se va resolviendo. Es una de esas series con todos “malos” que en general rechazo, pero en esta, hay un tono de broma, de liviandad, que me hace bien, me compensa en parte. 

5 de julio de 2025

 

Gatillero. Fuimos a verla al cine en Adrogué. Dos veces en pocos días después de meses de abstinencia de cine en sala, eso que nos gusta tanto, tanto (a diferencia del teatro). Y las dos veces, primero con Wes Anderson y ahora con esta película argentina, fue muy buena salida. La pasamos realmente bien, a pesar del frío (porque este invierno lo estoy sufriendo mucho y me duele que todavía estemos tan, tan lejos del calor que necesito). Hacía frío en la sala (nunca me saqué el saco… por supuesto) y éramos pocos aunque no tan pocos.

Yo iba sin demasiadas ganas: no somos de ver cine de acá…, aunque hemos amado muchas películas (pero nos clavamos muchísimo con otros, algunas muy premiadas: hay gustos, siempre lo digo). Iba sin demasiadas ganas, pero a los diez minutos, estaba directamente entusiasmada y me había ido de muchas cosas horrendas que están pasando en el mundo y en casa en estos tiempos (por ejemplo, la empecinada ausencia de Sandokán…, al que extraño cada vez más). La cuestión del único plano secuencia (que yo sabía por las críticas: las leo casi siempre) me emocionó porque está tan pero tan bien llevada…, es tan cuidadosa que emociona. Y me emocionaron los diálogos (que son pocos) y el sonido (aaah, el sonido, tan pero tan malo en general en el cine argentino: acá se entiende todo, y se entiende bien, casi como si una estuviera ahí, en Isla Maciel, viendo esa noche de pesadilla). Igual que a Odi, las escenas colectivas (cuando la cámara pasa a otros personajes y no el principal, el Galgo) me parecieron lo único criticable: no me parecieron bien los diálogos, no me parecieron naturales (a diferencia del resto, que tiene una verosimilitud impactante). Me chocaron en contraposición con el resto. Pero son pequeños momentos, tal vez dos, tal vez tres. El resto me emocionó, me impactó, me llevó lejos a otros horrores que conozco menos que los públicos, los de todos los días desde que asumió este gobierno. Y por otro lado, había algo tan, tan argentino, tan nuestro en el escenario de Isla Maciel (lugar que no conozco, pero sí –y mucho— la Boca, Barracas), que eso también me llevó –en cierto modo— a nosotros mismos, a esta ciudad que respira tan cerca. Gracias también a mi amiga (jefa de Casting en esa película), Eugenia Levin, por recomendarla, y por su trabajo en ella.

Mobland. Netflix. Estamos viendo una serie de Guy Ritchie con un elencazo (Helen Mirren, Pierce Brosnan, Tom Hardy y varios conocidos más). Es una historia típica de Guy Ritchie (que en general, me gusta mucho: acción, acción pero no de tipo piñas sino más bien tensión, suspenso, rapidez, algo rápido pero inteligente) y nos está gustando. Mafia, claro…, y el personaje de Hardy que está en una posición increíblemente difícil: la del “fixer”, el que arregla los problemas de los jefes…, poderoso pero muy expuesto. A mí, Londres me conmueve y la ciudad está muy presente en la serie. El movimiento de la cámara es impresionante y la velocidad, angustiante. La crueldad es enorme pero no es esa crueldad intolerable que yo no tolero (como en las películas danesas que vimos antes). Vamos por el capítulo 2…, y me está gustando… Veremos cómo se va resolviendo. Es una de esas series con todos “malos” que en general rechazo, pero en esta, hay un tono de broma, de liviandad, que me hace bien, me compensa en parte.

A Discovery of Witches. Netflix. Bueno, mientras seguimos sin encontrar una serie que nos guste (vimos el principio de tres o cuatro y nos fueron imbancables), cuando Odi se fue a dormir anoche (siempre se duerme antes que yo), yo seguí con Discoveries of Witche, una que estoy viendo hace tiempo ya. Supongo que es imposible no hablar de gustos otra vez. No digo que sea para todo el mundo, sé que estas cosas suelen (no siempre) gustar más entre mujeres. Lo cierto es que tengo que decir que la estoy queriendo mucho. Cómo me gustan las series como esta: de fantasía mezclada con la realidad (fantástica, diríamos), y con un amor entre dos de “especies” diferentes (como pasaba en las tres primeras hermosas temporadas de True Blood, que después se fue al diablo). Eso y ese algo emocionante y bello que tiene para mí descubrir de a poco un universo con leyes diferentes. Ah, además de que el actor, el mismo inglés fabuloso de Department Q me parece absolutamente interesante.

El amor entre los dos seres diferentes que se unen en la serie me conmueve y me hace mucho, mucho bien, de la misma manera absolutamente hermosa en que me conmovía Outlander (la comparan con esa y tiene algo de eso: dos seres de mundos distintos que se ven y se quieren contra todas las reglas que antes aceptaban). Porque lo que pasa en una historia común, conocida, como esa, es que alguien que tal vez creía que los “otros”, los “diferentes” no eran tolerables, no eran dignos de nada, descubre que sí. Que son hasta necesarios.

Por otra parte, me fascinan los escenarios de Oxford y Francia: esa mezcla muy extraña y muy europea entre autos recontra modernos, teléfonos celulares por un lado y por otro, castillos y lugares muy antiguos y bellísimos. La estoy disfrutando mucho mientras nos asomamos a series espantosas y las dejamos a la media hora… La última que intentamos era tolerable hasta el momento pero ya era tarde y Odi renunció.

How to Train your Dragon.  En el cine. Fuimos con Gali y Vigo a Adrogué a ver "Cómo entrenara tu dragón" con actores. En primer lugar, qué alivio y qué alegría ir a una función repleta de chicos y grandes, sobre todo chicos (últimamente, me siento una de las últimas de la especie que sigue amando ir al cine, ver en la pantalla grande y no solo en casa, donde también lo disfruto pero no es lo mismo).

Ahora, lo que sentí (yo por lo menos): el dibujo animado, que vi hace un tiempo, me había parecido hermoso: la historia, perfecta; la solución, colectiva; la necesidad de respetar al diferente, muy bien planteada y también, en la relación padre/hijo, es una película con hombres y chicos en el medio pero las mujeres están muy bien tratadas. Todo eso puede decirse de esta película casi exactamente igual, más el humor que no recuerdo tan directo ni tan efectivo. La historia es la misma y no me molestó volver a verla. Está muy bien hecha. Emociona, enamora. Vi cómo se divertían los chicos y Vigo no se asustó para nada… Gali tampoco, claro, pero él es más grande. A mí me gustó mucho. Eso sí: si alguien no vio la otra, yo vería esta primero para dejar lo mejor para el final, como me decía que había que hacer mi viejo… (tal vez porque amo los dibujos animados), pero realmente me gustó mucho a pesar de que estaba doblada.

Mobland. La encontramos de nuevo fuera de las plataformas y la seguimos anoche. Creo que llegamos al capítulo 8. Mejoró inclusive, tal vez porque el protagonismo del “Fixer”, Tom Hanks y el de uno de los hijos del mafioso (Pierce Brosnan, realmente excelente –yo lo recuerdo mucho más como “bueno” así que este papel lo hace todavía mejor actor que los anteriores—) se volvieron…, digamos, más atractivos para mí. Hay muchísima violencia (eso también es Guy Ritchie, claro) y mucha “maldad” (para ponerle una palabra) porque relata una guerra entre bandas de mafiosos, nada más cruel) pero ciertos personajes me parecen defendibles hasta cierto punto (no del todo, para nada) así que puedo…, bueno, acercarme a ellos. Y sobre todo, después de tantas series que nos desilusionaron, dejamos enseguida, no conseguimos entrar, es un alivio el buen guion, la buena dirección, las buenas actuaciones, las tomas vertiginosas… Anoche nos quedamos hasta las 12…, por primera vez en varios días.

Mobland fin de primera temporada.  Ayer terminamos lo que hay de "Mobland". Me pareció impactante en todo sentido aunque sea un tipo de historia (sobre las mafias) que en general rechazo). Tal vez porque hay personajes que tienen cierta..., no sé, nobleza a pesar de todo. Escondida, por supuesto (nadie puede ser demasiado eso en ese medio...), pero algo de eso hay. Y el guion es perfecto, las actuaciones, increíbles, todas, incluyendo un Brosnan haciendo de terrible pater familias..., cuando yo (por lo menos) estoy más acostumbrada a verlo de héroe. Quedaron muchas cosas muy abiertas, muchas, así que supongo que habrá otra temporada. Son diez capítulos.

A Discovery of Witches Temporada 2.  A discovery of witches temporada 2.
La terminé anoche. Estoy viendo dos series al mismo tiempo (cosa que no suelo hacer, a menos que sea una que comparto con Odi y otra para mí. Tampoco leo dos cosas al mismo tiempo..., supongo que mi mente es "de a uno y gracias". Pero ahora yo estoy viendo dos sola porque están poniendo de a un capítulo (sistema que me encanta, a pesar de que me olvido mucho) una que me gustó hasta ahí pero me divertía (y sigo así): La edad dorada. The golden age, en Max. Y cuando las comparo, la fantástica y la "histórica" en cuanto a mostrar un período especial de la Historia de EEUU, en Nueva York, la distancia es increíble.

Discovery es fantástica..., cada vez me gusta más. Plantea problemas realmente interesantes y para eso usa la fantasía: hermandad entre diferentes, incluso diferentes en cuanto a "especies" (brujas, vampiros, humanos, etc, obviamente un símbolo complejo); cooperación entre ellas a pesar de todo; ambición de algunos; el problema del poder y de cómo usarlo; los límites éticos del poder; el miedo frente a los poderosos; la discriminación y más. Cada vez me entusiasma más... La disfruto mucho. Claro que yo soy de las que aman las "de amor", esas parejas desparejas que resultan bien (tal vez porque en otro sentido, menor si se quiere, esa fue y es mi pareja todavía; o porque es un tema que nunca supe contar pero amo ver contar a otros), pero no es solamente eso y ahí es donde me entusiasma, como me entusiasmó Outlander (falta una temporada, la estamos esperando).

La edad dorada es una pavadita bien filmada, bien trabajada y tontita en muchas cosas. Superficial hasta el fondo (con perdón del oxímoron) pero me divierte. La veo mientras la critico..., y me hace reír por esa superficialidad aguda. Por ejemplo, la cuestión racial..., está buenísimo que aparezca en una historia del XIX, que se plantee pero me parece tan pero tan superficial... Y sin embargo, recuerdo a los personajes, los sigo, vuelvo a ser algo infantil al verla. Y me hace bien en este clima inclemente en todo sentido: climático (horrendo), económico (uffff) y por supuesto, político (ay). Y creo que, a mis 67, una aprendió ya a aferrarse a lo que puede para respirar en la congelación.

A Discovery of Witches, fin de la serie. Es raro que yo vuelva a mirar algún de una serie que ya terminé, como es raro, rarísimo, que me dé el tiempo para releer un libro, a menos que quiera prepararlo para una clase (ahí sí). Siempre siento que prefiero usar mi tiempo para leer algo nuevo… Pero vuelvo a algunas partes de algunas series, algunos libros. Lo hice con Outlander, varias veces. Con algunas de las que se hacen sobre las obras de Jane Austen, con algunas películas…, aunque fuera alguna escena, algún capítulo. Y me pasó con esta serie (que lamento enormemente haber terminado).

El final es maravilloso, cierra absolutamente, sobre todo en su mirada del poder (y no solo el de las brujas o los vampiros, sino el “poder” en un sentido político y social), cierra desde todo punto de vista y es…, realmente, un final de alegría, esa especie de satisfacción que se siente cuando se sube una ladera (sobre todo si, como yo, eso cuesta mucho y una termina sin aliento) y de pronto, ahí estamos, arriba, y, sí, valió la pena. Por eso, aunque no es lo mismo que piensan todos los que la vieron, para mí, la tercera temporada fue mi favorita. Pero volví atrás al capítulo del casamiento en la temporada 2 y volví a ver los dos últimos después de haberla terminado. Quería volver a sentir ese alivio, esa satisfacción. Eso que hace tanta falta en estos tiempos. Una maravilla haberla descubierto. 

19 de junio de 2025

 Acabo de recibir los ejemplares de "Historias del cielo, la tierra y el mar"... El libro quedó hermoso, desde los dibujos a la tapa al diseño general apaisado... Una belleza. Tres cuentos dibujados por Ariana Jenik.

Gracias, Boris. 


27 de febrero de 2025

 Ayer, empezamos a ver el nuevo "White Lotus", temporada 3. El esquema es el mismo: un incidente violento al principio y después un retroceso a 7 días antes, uno x capítulo que termina en ese incidente. Esa estructura me parece una pegada, igual que la coralidad (son las historias de todo el grupo que llega a un hotel 5 estrellas, all inclusive más los que trabajan ahí) y el hecho de que hay un personaje de la primera temporada, no la segunda, que se repite. Esta vez, el hotel está en Tailandia y el paisaje es deslumbrante, increíble. Me gustó la presentación de los conflictos, y me fascinó que el personaje repetido fuera el que más me enamoró de la primera. Veremos. HBO Max.

 Después de dos series nórdicas policiales mediocres (Wisting y los asesinatos de Are) totalmente olvidables, estamos viendo American Premival en Netflix. Vamos x el tercer capítulo, así que no sé cómo va a seguir pero x ahora es un western raro y al mismo tiempo leal al género (aclaro como siempre: comento desde mi gusto y los westerns me gustan desde la infancia; tal vez ese gusto fue mi primer acercamiento a los EEUU que después fueron mi campo de estudio). Con esta serie, van dos "westerns" nuevos que veo este año y que me gustan ("The Dead Don't Hurt", el de V. Mortensen más todavía) Raro y lindo.

En primer lugar, en cuanto al momento histórico en que sucede, no es típico. En la década de 1850, en lugar de después de la Guerra Civil (1860-65). En general, el western tiene un ritmo muy variable: largos momentos de lentitud, de soledad o charla, de silencio, interrumpidos x secuencias rápidas y violentas: tiroteos, persecuciones, luchas contra la naturaleza. Este es más violento que la mayoría y la violencia no es solo de armas de fuego: hoy cuchillos, flechas, violencia sexual contra las mujeres y los chicos y más. Y no hay un único héroe masculino sino varios, de distintas edades, y una de las historias, el centro está en una mujer de edad mediana, madre, fuerte y muy capaz de violencia. Lo que se muestra es un mundo en guerra sin ninguna norma entre una nación que todavía no empezó a expandirse pero lo hace de a poco, los amerindios (sobre todo los utes), los bandidos en buscar de dinero, los mormones (con ejército propio y todo) a quienes el gobierno persigue, los cazadores de recompensas, los que empiezan a quedarse y defender lo que creen sus tierras y más. A nivel estructura, hay un fragmento en un campamento francés (se respeta cada lengua) que hizo que Odi dijera (con razón) que el "tono" había cambiado cierto. Yo diría que, de pronto, estamos en el género terror. Me viene gustando.


22 de febrero de 2025

 Ayer, empezamos a ver el nuevo "White Lotus", temporada 3. El esquema es el mismo: un incidente violento al principio y después un retroceso a 7 días antes, uno x capítulo que termina en ese incidente. Esa estructura me parece una pegada, igual que la coralidad (son las historias de todo el grupo que llega a un hotel 5 estrellas, all inclusive más los que trabajan ahí) y el hecho de que hay un personaje de la primera temporada, no la segunda, que se repite. Esta vez, el hotel está en Tailandia y el paisaje es deslumbrante, increíble. Me gustó la presentación de los conflictos, y me fascinó que el personaje repetido fuera el que más me enamoró de la primera. Veremos. HBO Max.


 Ayer llegamos casi al final de la nueva con Robert De Niro (un actor muy sobrevalorado en general) que se llama Día Cero. Al principio, casi la dejo porque parecía de esas bobas sobre el sacrificio de un hombre viejo que trata de salvar al país y es buen tipo y los malos invisibles son muy malos y EEUU es lo mejor del mundo, como gran parte de las series de ese origen (salvo excepciones) que transcurren en la Casa Blanca y alrededores. Un enorme peligro, un arma (que crearon ellos, claro está) que hace que de pronto se pare Internet durante un minuto y haya miles de muertes por muchas razones: desde semáforos a trenes sin control, algo como el miedo al 1 de enero de 2000). En el tercer capítulo se pone más interesante (sobre todo para Argentina) porque tiene que ver con una situación límite como esa y la tentación de que el Congreso suspenda derechos y deje que el gobierno haga lo que sea..., lo que sea, repito, para "salvar al país". La dictadura, varias de las leyes que está imponiendo este gobierno ahora, lo que pedía Blumberg. Y eso mejoró mucho idea. El planteo general, quiero decir: poner el mejor al mando para que sepa los límites... y que eso también fracase porque los límites no pueden depender de una sola persona. No es una gran serie, tiene mucha violencia, buen suspenso y buen ritmo (es claramente estadounidense, clásica en ese sentido), algunos trabajan muy bien, otros no tanto... y la amenaza..., bueno, eso veremos en qué termina porque no la terminamos. Pero es mejor de lo que me pareció ver en el primer capítulo..., por lo menos dice algo màs allá del sacrificio personal, el héroe, etc, etc.

29 de enero de 2025

 The Dead Don’t Hurt. (Hasta el fin del mundo).  Ayer, fuimos al cine a ver "The Dead Don't Hurt", en castellano "Hasta el fin del mundo", escrita y dirigida por Viggo Mortensen. Western..., uno de mis géneros favoritos desde siempre (yo solo miraba series de ese tipo en la tele en blanco y negro..., Bonanza, Furia, Valle de pasiones, todas menos La familia Ingalls, El gran chaparral y El hombre del rifle, que probé y no me engancharon). Es una película clásica pero hermosa, con un montaje (un manejo de los tiempos del relato) muy pero muy inteligente, marcado por detalles como el caballo que usa el sheriff (Viggo M) en diferentes momentos de su vida o quién lo acompaña en esos viajes, lugares fabulosos y salvajes en los que transcurre la historia, tomas impecables, el trabajo increíble de los actores, sobre todo la actriz protagonista. Y los diálogos..., recuerdo sobre todo uno pero no voy a ponerlo acá porque espoileo: un diálogo entre Olsen, el personaje de Mortensen y el de su esposa, Vivianne sobre el hijo que está en el centro de muchas cosas. 

Y hay más. Creo que es una historia necesaria en estos momentos en los que EEUU está gobernado por Trump..., porque nadie es realmente "estadounidense" en la película: hay un danés, personas que hablan castellano y francés más que inglés, hay un reconocimiento de la fuerza y el aporte de los inmigrantes y hasta de los amerindios. Y sí, en un género profundamente machista en su comienzo, esta es una película feminista. Como dicen el marido y la mujer cuando se reencuentran después de la Guerra Civil: "¿Cómo fue tu guerra?", y en respuesta, "¿Y la tuya?" Y la que se cuenta es la de la mujer (lo cual es profundamente extraño en un western. 

Pero además, salir al cine, verlo en pantalla grande, y después, comer en la vereda del verano, en Recoleta (ese barrio profundamente ajeno para mí), al aire libre y tibio de enero... Qué maravilla. Extraño los tiempos en que íbamos al cine todas las semanas.


24 de enero de 2025

 Mi cuento en Verano 12, el 22 de enero de 2025. 


https://www.pagina12.com.ar/edicion-impresa/22-01-2025#verano12


6 de enero de 2025

 

Broadchurch (final de la tercera temporada). La terminamos ayer. La tercera temporada sigue arrastrando las consecuencias del primer caso (centro en la primera y la segunda) pero el caso es diferente. Es una violación de una mujer muy fea (realmente fea) que todos o casi todos conocen en el pueblo.

Es cierto lo que dice Odi: que hay mucha bajada de línea, mucha, y que se repiten ciertos conceptos (que la culpa la tienen las mujeres; que los hombres tienen derecho a divertirse; que…) para después destruirlos, reaccionar en contra, combatirlos. Dije que es cierto. Yo lo sé. Pero este contexto general (el de la realidad fuera de la serie, la realidad argentina quiero decir) me hizo sentir que esa repetición absurda es necesaria…, y no me cayó mal.

Lo que no comparto, claro, tiene que ver con otra bajada de línea (en ese sentido, agradezco que Odi sienta lo mismo, porque fue él el que sacó el tema): la que hacen con respecto a que los padres tienen que ser más “mano dura”, más “vigilantes”, dar menos libertades… En eso no estoy de acuerdo. Para mí, esa mirada corresponde al mismo conjunto de ideas que habla de que hay que terminar con la filosofía de género, con el aborto, con la libertad femenina… Es lo que dijo no me acuerdo qué funcionaria (era mujer, creo) en tiempos de Macri cuando habló contra “la pedagogía de la piedad”… Gente que no leyó a Paulo Freire o lo odia si lo leyó. Un espanto.

Pero en realidad, incluso esta última temporada era tolerable…, estaba más o menos bien, era fácil de ver y daban ganas de verla. Creo que vamos a extrañar a la serie. Ahora estamos otra vez huérfanos de serie…, veremos esta noche.

3 de enero de 2025

 

Die Kaiserine (The Empress). Netflix.  Sola, estoy viendo en Netflix La emperatriz, Die Kaiserine en alemán una serie sobre la famosa Sisí (Isabel, era el nombre). Amo las películas "de amor" pero las de Sisí nunca me gustaron. Por eso, dudé. Pero estoy realmente entusiasmada con la serie. Es alemana o austríaca, no sé. Excelente en producción, vestuario, los lugares son increíbles Los actores, realmente buenos. Y nada que ver con la película. Es algo así como una telenovela limitada pero la cuestión de pareja entre ella y el emperadores un tema entre muchos: historia de Austria en el siglo XIX, tiempos de Napoleón, guerras en esos tiempos, cuestiones sociales como la extrema pobreza, las rebeliones populares, el peso de los ritos y la pompa sobre las mujeres, las luchas de poder dentro de la corte y más. El centro es la diferencia. Ella es diferente. No pertenece al medio de la nobleza, representada x la madre de él y la matrona jefe, a cual más duramente rígida. Esa guerra está en el centro. Rigidez y severidad versus compasión y valentía. Eso, en medio de problemas de poder. Me está gustando mucho.

 Broadchurch. La estamos viendo fuera de las plataformas, como podemos. Es una de esas series policiales inglesas de pueblo chico que, a mí, me encantan, con un policía medio arruinado en las primeras dos temporadas (David Tennant, un actor maravilloso que era el Diablo en Good Omens, otra serie que me encantó) y una policía emocionante (para mí) que hace la fabulosa Olivia Coleman y un caso único (mezclado con otro viejo) en las primeras dos temporadas. No sé cómo hacen para alargar tanto la cosa pero me pareció realmente interesante, de esas que una tiene ganas de ver, de dejar todo y sentarse a hacer maratón (cosa que no hacemos nunca). Me gusta todo, desde la mirada a la vida en un pueblo chiquito (Broadchurch) con todos sus dramas (no hay nada que hacer: no por nada escribí sobre pueblos chicos muchas veces, es mi recuerdo de infancia aunque nunca haya vivido así después…), desde el cura hasta familias amigas, hasta el sacudón del homicidio, en general, hasta ahora, de chicos jóvenes (lo cual es todo un punto en este caso), pasando por amistades, peleas, reencuentros además del misterio de lo que pasó. Uno de los protagonistas es el lugar…, impresionante, con esos acantilados increíbles, tétricos y hermosos y el mar…, ah, el mar tomado como metáfora de peligro (lo cual yo entiendo profundamente). Ahora estamos viendo la tercera, que parece otra cuestión diferente, esta vez una agresión sexual a una mujer mayor nada hermosa…, y me sigue gustando todo, incluyendo la relación entre los dos policías, siempre extraña, difícil de entender más allá de la amistad. La temporada 2 es una de “juicio”, el juicio al acusado de la primera y me gustó ver las diferencias con la formalidad de los juicios en EEUU, que conozco mejor. Siempre me fascinaron las “de juicio”…, y nunca imaginé que me iban a llamar como testigo a uno este año, aunque nunca llegué a quedarme porque me recusaron. Creo que ahora que pasé por el proceso de selección de jurados, me parece que las “de juicio” me interesan todavía más. La tercera, que estamos viendo, parece otra vez más típicamente de “investigación”. Muy, muy interesante. 

31 de diciembre de 2024

 Año Nuevo (porque lo que se festeja es el principio el nuevo, no el final del viejo..., claro está) era la única fiesta que se festejaba en mi casa, muchas veces, en lugares extraños porque con mis viejos nos íbamos en auto el 24, 28, 29 de diciembre, según el año y para el 31, estábamos, no sé, en el Sur, en un campamento en un lago, o camino a Brasil en Cataratas, o ya en Brasil en alguna parte. Y lo hicimos con Odi también algunas veces. Lo que más recuerdo fue el hotel en Posadas, un año con mis viejos, los fuegos artificiales desde una ventana en un piso alto, seguro más de 8... La felicidad de ese aire caliente en la noche, sin sol, ese aire que no duele (como duele el frío para mí) y la promesa de las Cataratas al día siguiente. Misiones siempre fue una de mis provincias preferidas: selva, agua, calor, tierra roja..., pájaros y animales, todo lo bueno. 

Este año no nos fuimos ni nos vamos..., pero la pasamos con consuegros en Banfield, mi barrio de antes (por dos cuadras, vivo en Lomas desde hace 35 años pero sigo pensando en Banfield como mi barrio, tal vez porque sigo tomando el tren en esa estación, rara vez en Lomas), en una noche de las que me gustan. 

Para mí (ahí viene el balance), fue un año rarísimo. Horrendo, terrible, espantoso en la radio (que escucho casi todo el día) y los diarios (que leo de una forma u otra), desesperante en ese sentido (y ahí es donde fue un muy, muy mal año, un año de rabia y angustia, como el de todos los que estamos de este lado); pero realmente bueno para lo "personal" (llamémoslo así). Publiqué dos libros y los presenté (no es muy común eso para mí), traduje uno (y últimamente hay años en que no traduzco excepto para mí y mis alumnos), di clases privadas y clases en instituciones (y solamente una no se abrió), leí 31 libros para diarios, creo que nunca había publicado tantas reseñas, me fui de viaje al Sur por mis libros y lo que sé de literaturas de minorías de los EEUU (gracias Madryn y Pirámides, gracias), vi las ballenas, cosa que no había hecho nunca... Y, por supuesto, seguí viendo a mi hijo, su familia hermosa, y mis dos nietos y contándoles cuentos y oyéndolos hablar y viéndolos crecer. A mis hijas, Selva y Tam, a las que extraño mucho, las vi también, incluso a Tam, que vive tan lejos, junto a mi enemigo y su amigo, el mar. Vi amigas, me encontré con muchos (no los nombro porque me voy a olvidar de alguna, y también alguno masculino y eso estaría mal. Y la seguimos, mi compañero Odi y yo, acá, desde hace más de 40 años... Así que por ese lado..., tengo mucho que agradecerle al 24. Del 25 no digo nada..., ¿qué voy a decir? Le tengo miedo, claro, porque lo de la radio y los diarios (bah, la realidad política) es terrible..., y el tiempo también... Pero bueno, hoy, yo festejo lo bueno que tuvimos estos doce meses. Que también lo hubo (en mi caso, claro..., no en el de todos, supongo que en el de cada vez menos, soy muy, muy consciente de eso). (Las etiquetas son incompletas, por supuesto, igual que los nombres; yo creo en lo colectivo..., pero para agradecer al grupo de cada una, cada uno, hace falta memoria y yo nunca la tuve)

30 de diciembre de 2024

 Landman. No sé si la terminaremos. Odi dice, con razón, que es una telenovela. A mí, eso no me importaría: x un tiempo me divierten, les veo todos los trucos y me gusta estudiar algunos, como el uso (bueno o malo) de la scène à faire. Lo que sí me molesta de esa parte es que tiene un personaje terriblemente estereotipado y misógino en la esposa del protagonista. Es un western así que entiendo (para peor) que esa mujer alla Bay watch está ahí para mostrar la hombría del protagonista pero es un personaje lamentable.

Más allá de ese lado "telenovelístico" (que no me molesta fuera de ese personaje:  yo miro películas "de amor"), a mí me interesan las charlas sobre "verdes vs. petroleros": están muy bien planteadas en una serie sobre petroleros. Son diálogos breves, inteligentes, bien escritos. Lo mismo se puede decir de la descripción de la riqueza obscena del.dueño de la compañía. Y Billy Bob Thornton es un gran actor. Por temática, me quedo mil veces con "Goliat", una serie que me gustó mucho, pero se puede ver....

28 de diciembre de 2024

La habitación de al lado. De Almodovar. En el cine. Fuimos después de mucho, mucho tiempo. Solo eso, me hizo feliz. En cuanto a la película, a Odi le pareció buena pero no le llegó. Por ejemplo, (y en esto, estoy de acuerdo con él), le molestó la música. Está hablada en inglés pero es, como dicen los títulos, cine español, y de Almodovar. Es decir, no pretende ser "realista", es un ensayo sobre los occidentales (no diría los humanos, aunque hay momentos que hablan de la humanidad) y su relación con la muerte, expresado a través de una historia ficticia. Dentro de ese género, a mí, la película me conmovió profundamente. Me hizo pensar, que es lo que quiere hacer un ensayo (y eso que no fui amante de Almodovar salvo en los últimos tiempos). El panorama de la muerte es muy amplio: desde la guerra hasta la enfermedad pasando x el cambio climático y la extinción.
Dos detalles. 
La escena para mí central no es ninguna con las dos amigas protagonistas (genias Tilda Swinton y Julianne Moore, impresionantes) sino una entre Ingrid, la mujer sana y su amigo, el personaje de Turturro frente al agua. Ellos definen dos formas de enfrentar la idea del final. Una es decidir que todo está mal, y que solo queda la furia. La otra, que hay que seguir siendo optimista y ayudando aunque cueste mucho. Eso elige Ingrid, el personaje de J. Moore: esperanza y solidaridad. 

El otro es un detalle que, en el cine del Patio Bullrich, despertó reacciones audibles. En un momento de esa misma charla, el personaje de Turturro, furioso x la ceguera de la humanidad frente al cambio climático, habla de "la extrema derecha" y "el neoliberalismo" y de como crecieron. 

Y además, para mí, que soy como Ingrid y no quiero ni ver qué piensan otros sobre la muerte ni pensarla (creo que si hubiera sabido que ése era el tema central, no habría ido a verla), Almodovar es capaz de plantear el tema de una forma profunda pero tolerable. 

27 de diciembre de 2024

Florida Man. Netflix. Miniserie. La vimos en unos días. Nos gustan las miniseries, una historia que empieza y termina. Es light, con un humor duro q' se vuelve sacárstico en muchos momentos. Es una historia de robos, apostadores, mafiosos, amor y una descripción burlona de Florida como un estado violento, lleno de armas y odios. Una historia de malandrines simpáticos y malos horrendos. Para mí, el mejor personaje es el padre del protagonista. Me divirtió bastante. Me la voy a olvidar en 5 minutos.

 

23 de diciembre de 2024

 

Jurado Número 2. Max. Ayer de noche hicimos algo realmente raro: vimos de una sentada la última película de Eastwood, Jurado N°2, que yo habría ido a ver al cine si hubiera podido. Una de jurados, claro, que lleva directo a recordar Doce hombres en pugna de Lumet aunque creo que solo en uno de los aspectos: el del individuo que puede trabajar con otros y llegar a la justicia. Eso está igual, pero el título dice claramente que el asunto acá gira alrededor de un solo jurado.

Me pareció llevadera y bien trabajada. Y la verdad es que siempre amé las películas de juicios en los EEUU. Es…, rara en muchos sentidos. Creo que el centro tiene que ver con la culpa y el miedo por el esa culpa por un lado y por otro con un mandato ético, de conciencia que tira hacia el lado contrario en cuanto a la acción. La ética y la culpa versus la autopreservación. En cuanto a ideas es compleja, pero está planteada de un modo simple, claro. Sin vueltas. Es Eastwood, claro…, pero otro Eastwood, que como casi siempre en los últimos tiempos (solo a veces en sus comienzos), lo hace bien, o mejor dicho dice lo que quiere decir.

14 de diciembre de 2024

 Ayer terminamos una miniserie austríaca. En inglés se llama Woman of the Dead, La mujer de los muertos. La protagonista es la que arregla los cadáveres, la enterradora. Cuando el marido muere en un accidente que ella ve, se pone a investigar Ese sería el resumen. Algunas series y películas alemanas me gustan mucho pero esta, no. Era demasiado explícita en retratar la violencia (Odino estuvo de acuerdo con esto, así que x ahí soy yo) y no conseguí sentirme cerca de ningún personaje. Todo es profundamente frío. La vi..., eso solamente. Por suerte, una vez x semana está Outlander...

11 de diciembre de 2024

 Caleidoscopio. Netflix. Terminamos de ver Caleidoscopio, yo con muchos problemas porque el antibiótico me tiene mal y me suelo caer en el medio y tener que ver algunos capítulos de nuevo porque me dormí, diez, quince minutos y me perdí escenas enteras. Tal vez hasta tendría que ver de nuevo el último capítulo porque de nuevo, no sé si lo vi entero, bien y a mí me conviene para eso la hora de la siesta, cuando es imperativo que no me duerma. 

La serie está muy bien hecha aunque no tiene gran cosa por debajo, digo, las cosas que yo busco: apenas algo de discriminación “antinegros”, de esa división de las personas en blancos y no blancos, tan típica de los Estados Unidos y el resto puras cuestiones de envidia, venganza, amor (de varios tipos, erótico, filial, de amistad en todos sus estadios, desde el romántico al quiebre y el odio) y algo así como la sorpresa como herramientas principal. La base de todo es el manejo del tiempo. Como en un caleidoscopio, cada episodio tiene un color y un momento en el tiempo y la historia del golpe, el robo elaborado y difícil que se cuenta, se presenta en desorden: x horas antes del golpe; x meses después del golpe; x años antes del golpe, etc. El último capítulo, el blanco (es decir el que tiene todos los colores anteriores y por lo tanto la elección del “color” es muy buena desde lo simbólico) es la narración del momento del robo, y ahí es donde los espectadores recibimos las respuestas a los muchos enigmas que se presentaron en los capítulos anteriores, los ¿por qué? y los ¿quién?  Esa presentación es el centro de todo y en ese sentido, el guion es muy bueno. Las actuaciones también. Uno de los personajes es argentino…, interesante, la verdad. Nos divirtió a los dos aunque yo tuviera tantos problemas para seguirla como se debe. Es para ver más de una vez, pero como se vuelve a mirar un rompecabezas, un enigma que se quiere resolver. No más que eso.