18 de marzo de 2024

 Ayer, fuimos a ver Duna 2 a Adrogué. Me gustó mucho más que la primera, que era lenta para una película estilo súper producción, una historia de acción. En esta pasa de todo desde la acción y desde las ideas, a pesar de los clichés del género: la música (excelente pero bien Hollywood, como siempre en las películas de Denis Villeneuve; el suspenso, el montaje rápido y mucho más. Lo que me gustó fue lo que tiene que ver con la crítica a la idea del Mesías Blanco (el blanco bueno que salva a un pueblo no blanco, como si ellos no pudieran ni debieran salvarse solos), criticada por lo menos por el personaje que más me interesa, el de la chica fremen en Arrakis, la pareja del protagonista. Por eso me fascinó el final. También me interesó mucho lo que se dice del mesianismo, de cómo se usa para dominar pueblos... y de la forma en que los conquistadores, los imperios, tratan de dominar a los pueblos periféricos promoviendo este tipo de ideas. ¿Todo eso están en el libro? Puede ser. Solo leí uno de los libros y lo olvidé absolutamente, excepto el paisaje, los gusanos, la arena, el desierto y todo lo que tiene que ver con la religión de los fremen y con su conocimiento del lugar en el que viven, ese lugar que los reconoce. La película tiene saltos mal hechos, tal vez porque era demasiado larga y los cortaron sin pensarlo mucho, le falta una línea de tiempo comprensible o por lo menos justificada, y hay personajes de infinita maldad que vuelven a los binario..., y eso aburre. No fue para mí una película inolvidable (en absoluto) pero la pasé bien, mucho mejor que en la primera). "Arrival" sigue siendo para mí la mejor de Villenueve. 

29 de febrero de 2024

 Estamos viendo la ultima temporada de  True Detective, como hacíamos antes, un capítulo x semana. Leí x ahí que Pizzolato estaba desconforme (ahora el guión y la dirección de varios capítulos es de una mujer). No entiendo por qué y sí. Sí xq a la serie, salvo la segunda temporada, mi favorita (repito, ya sé que en esto estoy en enorme minoría), le faltaba muchísimo el tema femenino y a las novelas que leí de Pizzolato les pasa lo mismo. O sea entiendo que eso le moleste. Pero no, porque tiene el mismo tono místico terrorífico de la primera, tono que a mí no me gusta. En este caso, sin embargo, me interesa mucho más porque es un misticismo más amerindio y más ecológico. Tal vez eso le molesta también al creador de esta serie. No sé. Las dos actrices son maravillosas. Algunos diálogos también.

Ayer terminamos la polaca El deshielo. La última parte es totalmente increíble y ahí el guion sí que se va al diablo. El actor que hace de malo (fuente de todo mal) no funciona y los diálogos con él tampoco. La serie cae en cientos de clichés de los policiales (hay que decir que miramos muchos así que es lógico que las cosas se repitan, los esquemas, todo eso, pero hay formas de hacerlo con mayor elegancia. Recomendación final: ni se les ocurra. (Claro que hay gustos, sí...). Para mí, también hay algunas actuaciones que no funcionan, por ejemplo, la del padre de la criatura. La cuestión del bebé es la única que me interesó un poco más. Siempre estoy pensando en la cuestión de la identidad de origen, tan importante en un país como el nuestro.


Lo que dije de la serie polaca, El deshielo, se hizo todavía más evidente cuando nos vimos el primer capítulo de la segunda temporada de Tokio Vice..., que nos había gustado bastante cuando vimos la primera. No recuerdo nada de esa (tengo muy poca memoria) pero sí los dos personajes principales, el japonés y el occidental (yanqui). Y la serie volvió a estar llena de interés, llena de emociones... Eso sí es un policial como la gente. Ah..., y la cuestión de choque de culturas (es tan difícil hacer las cosas bien en una cultura profundamente distinta de la propia) siempre fue muy interesante para mí y en esta segunda está tan presente como en la primera. Igual, solo vimos el primer capítulo... Por ahora creo que hay solamente dos en la plataforma, los ponen uno por semana, como hacen con True Detective.

Los que se quedan (The Leftovers). Para mí, un ocho. A ver: es una típica comedia dramática de acercamiento entre dos que empiezan odiándose, con un guion que en líneas generales, es previsible porque se hizo muchas veces. No es un buddy movie porque los dos terminan en una relación mucho más de padre-hijo que de amigos (no tienen la misma edad ni el mismo poder, es una relación muy despareja para pensar en “pares” pero sí parecen muy distintos al principio y después…, encuentran mucho en común). El asunto es que para mí fue muy lindo verla en el cine porque los diálogos (algunos sobre todo) son excelentes, porque hay un interés por la realidad social de todos los involucrados y aunque pasa en una escuela de elite, de esas para ricos que tienen barcos y helicópteros, se habla bastante de lo social a través de la única mujer, una negra, que es la cocinera que queda en el colegio para las vacaciones de Navidad (por eso, el título: los que se quedan en esa fecha, menos de diez cuando el resto del alumnado y los profesores se van), y del poder y del bullying y de lo erróneo que es tener educación privada (porque no se puede sonar si los padres son donantes de la escuela, etc, etc; aunque eso no se dice directamente) y hasta del problema de la Universidad: si es paga, solo los ricos pueden llegar, y generalmente, solo los blancos o los asiáticos y los hijos del personal tipo de limpieza o cocina, claro… Me gustó porque Paul Giamatti, el profesor protagonista, es un genio completo como actor. Puede hacer cualquier cosa y su personaje es realmente conmovedor. Terminó como debía…, y el pasado se fue aclarando también, no solo el del alumno que termina siendo casi su “hijo” sino el de él, que ya está en el otro extremo de la vida. El hecho de que pase en Navidad pero casi no haya Navidad…, excelente. Un breve fragmento: en un momento, alguien (no me acuerdo bien quién) dice que los de esa escuela no van a Vietnam (no se nombra la guerra, pero la fecha, 1970, es clara). Y el profesor dice: “No, claro” y agrega que excepto el alumno negro que fue alumno porque su madre es cocinera de los alumnos. Excepto él. Por supuesto 

 Badland Hunters. En Netflix. También terminamos de ver ayer, de noche, una película coreana de acción pura en un mundo distópico después de un terremoto feroz y una sequía infinita (algo así, de a ratos, tenía algo de Mad Max) a la que pusieron (literalmente, del inglés, no sé cómo será en coreano el título): Cazadores en tierra inhóspita. La cultura coreana, de la que no sé nada, tiene ciertas características en todo lo que vimos de ella en el cine, en las plataformas (y vimos bastante, mucho más que chino, por ejemplo). Esta película es del montón dentro del género “acción” y como siempre, une un uso desaforado de la violencia y la sangre (increíble lo que pueden hacer al respecto, a mí después de un rato, ciertas escenas largas de ese tipo me aburren, me pongo a mirar el teléfono) con un humor que sale siempre del mismo personaje (en este caso era el héroe, el cazador, muy gordo y fuerte, una especie de Porthos, diría yo que me enamoré de los mosqueteros de Dumas cuando era chica). Esa mezcla agridulce a mí me sigue sorprendiendo, tal vez porque nosotros somos tan binarios en Occidente que el héroe siempre es trágico o serio por lo menos en nuestras historias populares… Pero descubrí algo más mientras la mirábamos. El guion es tan fijo y tan repetitivo como el del género que sí me gusta (y aburre a muchos, ya sé): la comedia romántica. A grandes rasgos, es siempre igual: empieza en una felicidad intermedia con problemas, después hay un hecho violento (acá es un secuestro), después el rescate (que dura gran parte de la acción) y finalmente, una vuelta al estado de relativa felicidad, con alguna solución al problema del comienzo. (En la comedia romántica es: la chica y el chico o las dos chicas o los dos chicos se conocen, se empiezan a querer, hay malos entendidos y obstáculos –eso es lo que dura mucho—y finalmente, el final en el que se entienden y todo está como debe ser; eso es un “guion”). Pero lo que me gusta de la cosa coreana es que en general, además del humor, hay algo intensamente colectivo. Un héroe, sí, pero también un grupo que lo ayuda, y que es el que triunfa. Y suelen ser personas del pueblo, no Mesías ni nobles. Pasa también en películas hermosas como “The Host”, tal vez la primera que vi de esa nacionalidad, o “Kung Fusion”

 The Brothers Sun. La estamos viendo en Netflix, una serie china, de Taiwán y EEUU (sucede en Taipei y en Los Ángeles) con esta actriz que conozco sobre todo por una película que yo amé (y otros odiaron): Todo en todas partes al mismo tiempo, que ganó el Óscar hace un tiempo (para mí, el premio fue merecido, pero bueno…, otros piensan exactamente lo contrario). Al principio, me pareció casi lenta, como si la presentación fuera demasiado detallada…, tal vez pretenciosa. Y la verdad es que no presenta nada especialmente nuevo: hay drama familiar, drama criminal (mucho que ver con las tríadas chinas de un lado y otro del Pacífico), problemas de maternidad, hijos diferentes que giran alrededor de esa madre imponente y muy, muy llena de sorpresas. Pero después del tercer capítulo, ah, ahora me gusta cada vez más. Nos reímos, algunos diálogos están llenos de inteligencia, los personajes se hacen cada vez más queribles (a pesar de que son realmente asociales) y sobre todo, hay algo con respecto a la amistad, al grupo, a héroes que lo son en los momentos de lucha (bah, eso es lo de siempre: uno contra trescientos y lo consigue, pero no hay nada malo en eso: es la típica de este tipo de héroes) pero que, fuera de esos momentos, necesitan profundamente la ayuda de un grupo. Las escenas con unas señoras que juegan al mahjong (ignoro qué es, pero las tomas son realmente divertidas…, bueno, no puede esperarse que sepa yo, que nunca quiero jugar a nada) son impagables y el papel de esas señoras como fuente de información (el chisme…, qué fenómeno que amo y que siempre miro con mucho cariño), y también como defensa (sí, eso me emocionó) me parecen a esta altura típicos de los productos de Oriente, tan lejos del individualismo rampante de los europeos… y por eso me emocionan. La estoy pasando realmente bien

True Detective 4. (Fin de temporada). Muchos no la comentaron bien pero a mí esta temporada me gustó mucho, excepto, claro, lo que tiene de género terror…, que solo rechazo porque rechazo el género. Ahora que terminó, no me parece ni “infantil”, como dijo Pizzolatto, ni tonta ni nada de eso y creo que sé por qué lo dice el creador de la serie en general: porque se mete con cuestiones que lindan la cuestión mística…, y sobre todo la cuestión mística no europea, la de los pueblos originarios en este caso. Hay una “ella” que tiene mucha importancia y que no voy a espoilear pero yo supe de entrada quién era, qué era, no era difícil. A mí, ese lado me gustó y mucho. Lo que dice de la ciencia, de la mano de los seres humanos en este planeta, de la crisis del clima…, todo eso es excelente. No esperaba mucho del final y me pareció muy bueno. Como este misticismo está mucho más relacionado con las mujeres (y no con los hombres, como el de la primera temporada), me llegó mucho más. El frío que muestra es, para mí, intolerable…, y si hay un lugar que no visitaría es Alaska, donde se supone que pasa (aunque está filmada en Islandia). Los últimos dos capítulos tienen una velocidad, una fuerza, una concentración de acción, una concentración de revelaciones y de frases interesantes, escenas inolvidables. Tal vez, el personaje que más me llegó, además de las dos protagonistas, Jodi Foster y Kali Reis, están impecables. Y los personajes secundarios también. Quizás el personaje que más me llegó fue Rose, una mujer anciana del pueblito de Ennis (donde transcurre todo), que aparece de vez en cuando y también al final, y que, muy bien, Fiona Shaw (alguien de quien conozco profundamente la cara pero no el nombre, una excelente actriz de reparto en general). Me costó verla, no lo niego, por ese lado terrorífico…, pero en general, me gustó casi tanto como segunda temporada, mi favorita hasta el momento. No me extraña que alguien tan machista como Pizzolato (leí varios libros de él, lo disfruto realmente) haya rechazado la historia, que habla sobre todo de la mirada femenina sobre cuestiones que los hombres suelen (claro que no todos) dejar completamente de lado

 


The Brothers Sun (fin de temporada). Digo, porque el final parece insinuar que dejaron la puerta abierta para otra vuelta. Por ahora, con dos o tres minutos menos en el último capítulo, parece una serie limitada y me gustó mucho. Muchas cosas eran previsibles porque de alguna forma, era una comedia y había algo sobre la "familia" que no solo tiene que ver con el cine estadounidense sino también con tradiciones orientales, creo yo, y las tríadas de Taiwan (como la mafia italiana, con otras características) habla mucho de "familia", según se ve. Como sea, el final era previsible más o menos pero la forma de resolver ciertos problemas sin salida y de levantar y llenar de poder la figura de las mujeres (las viejas que juegan al mahjong y la madre de los hermanos del título) es hermosa. Era previsible pero solo hasta ahí y mientras llegábamos a la respuesta de ciertas preguntas (¿quién se va a quedar en Los Ángeles? ¿quién se vuelve a Taipei? ¿Quién va a seguir en su vida criminal y quién no? ¿quién tiene derecho a elegir ser lo que quiere y no obedecer los mandatos heredados? ¿qué quiere cada uno, cada una?), me divertí muchísimo. >Es el tipo de historia --light pero con diálogos inteligentes y ciertas vueltas de tuerca excelentes-- que me hace falta en estos tiempos. Dada la realidad del país, creo que no estoy para mirar algo que me haga mucho daño. La actriz, bueno, impecable, como estaba en "Todo en todas partes al mismo tiempo". 
Maestro. (Netflix). La vi en una tarde. Últimamente, como no quiero dormir la siesta (me da miedo lo difícil que me resulta después dormir de noche pero acá, con el calor y el hecho de que me despierto a las 7 aunque no quiera, me da sueño después de comer), me pongo y veo algo mientras Odi sí duerme (él nunca fue de sueño chúcaro, como yo). Y esta vez me vi esa película sobre Leonard Bernstein. Después, una amiga (ella sabe quién es) me dijo que la vio y no le dejó nada. Puede ser…, es solo el retrato de una persona, un artista reconocido, director de orquesta y el que hizo la música de un musical que amé en su primera versión y amé todavía más en la segunda: Amor sin barreras, West Side Story. No es más que eso. No hay crítica social, no hay más que la pintura de una parte (la parte famosa) de una vida. El tema que sí se toca es la homosexualidad no asumida y el amor también por una mujer con la que se casó. Así que no, no es la gran película y no deja mucho, excepto la alegría de vivir, la emoción del personaje cuando dirige, cuando compone, ese sentimiento casi infantil de entusiasmo desaforado y bello que el actor transmite de una forma impresionante. La disfruté mucho y creo que el guion es excelente para lo que quiere mostrar. Se lo ve dirigir solamente dos o tres veces, pero la central, esa en la que dirige largo, en un lugar impresionante, es… increíble (y eso que yo no soy de las que se conmueven demasiado con la música clásica, excepto Beethoven y Mahler y Carl Orff, por ejemplo…). La emoción es enorme. Y está tan bien transmitida. El uso del blanco y negro también me pareció excelente (no para toda la película). Y el final. En el final, él se confiesa en un primer plano y dice algo así: “Si el verano no le canta a uno en el cuerpo, no puede hacer música. A mí, todavía me canta. No con tanta frecuencia como antes, no tan fuerte, pero me canta”. Y el entusiasmo sigue ahí, en esos ojos, cuando lo dice. En ese mensaje, me pareció hermosa y, para mí, necesaria.

 

Terminamos una serie de HBO Max, que se llama Smother. Es algo así como un drama policial (más drama que policial). Hay una muerte en el primer capítulo (es una serie limitada, inglesa), y el resto es una especie de investigación intrafamiliar de lo que pasó. No me convenció del todo pero es una historia interesante, una la sigue y quiere saber qué corno pasó en realidad y como siempre, las actuaciones de los actores ingleses (creo que yo conocía a la principal, solamente) son excelentes, con una única excepción, desde mi punto de vista. La cosa da vueltas y vueltas pero lo que sí me gustó del guion es la forma en que explora (dentro de una sola familia) la cuestión de la maternidad, la paternidad, el egoísmo, el desprecio y el machismo, y por supuesto, la muerte. Eso está bien. No es una locura y supongo que me la voy a olvidar pronto pero... me divirtió mientras la vimos.

 

 Cautivar a un rey. Netflix. Más que hablar de la serie misma, tengo ganas de decir algo sobre mí misma cuando la miro. Es, claramente, una telenovela, una de esas que me gustaban cuando las miraba (miré poquísimo… --hasta Suar, nunca las argentinas, que no me atraían porque la forma en que hablaban los personajes me parecía ridícula y estaba tan, tan lejos de algo que se pareciera a la vida; después, las de Suar y mucho, mucho, algunas brasileñas, sobre todo El color del pecado y Lazos de familia): es de época. Y pertenece a una cultura de la que no sé más que lo que me dijo el cine, y vimos mucho cine y series coreanas durante un tiempo, sobre todo un verano, creo que el de la pandemia, cuando nos quedamos dos meses en lugar de uno en Ezeiza. Telenovela de época, entonces. Hay algo político, por supuesto (porque se trata de un rey y una mujer disfrazada de hombre, de mucho menor poder que él, y se cuentan varios complots que corren alrededor de los dos, además de la sangre y el espanto del autoritarismo de toda monarquía, las reverencias sobre todo). Eso es el fondo. En el centro, un romance tipo telenovela. Eso siempre me gustó y lo aclaro cada vez que hablo del tema: ese cliché no verdadero del “único amor de la vida” y los obstáculos que se le cruzan y la sensación que tiene una de que todo va a ir bien al final (aclaro, yo prefiero que todo se resuelva bien; si no, me siento estafada). Quizá, para mí, la mejor versión de ese guion repetido es Outlander (porque se cruza con muchas cosas y yo escribí un artículo al respecto en Ñ cuando todavía estaba ahí –ah, aclaro que hablo de la serie, solamente leí uno de los libros de Gabaldon). Por Outlander ya pensé qué me gusta de esto, ese gusto un poco “vergonzoso” (todo eso está en el artículo, no lo repito acá, excepto en un súper resumen). Están hechas para eso, ya sé, y a mí (sé que a otros les da risa) me conmueven profundamente las llamadas “scènes à faire”, “escenas que deben hacerse”, por ejemplo: el momento en el que se encuentra o reencuentra la pareja, o se perdonan o se besan por primera vez o se confiesan secretos que los espectadores sabíamos o descubren que, en realidad, el que se suponía que estaba muerto, nunca murió. Me conmueven muchísimo, lo confieso, y esa “conmoción” me resulta muy pero muy placentera. Suelo ver esas escenas más de una vez (lo hice ayer, repetí la última del capítulo de Cautivar a un rey que pusieron en la plataforma). En este caso, hay un plus: la cultura coreana, todo, los gestos, la forma en que caminan, cómo hablan, el vestuario, los manejos del poder en la Corea en ese período (que por la oferta que veo en las plataformas es el que siempre eligen ahí para contar historias). La cultura me es absolutamente extraña y fascinante y no importa si las cosas eran parecidas a lo que se ve o no, importa lo que aparece ahí en el argumento. Hasta ahí, todo muy parecido a otras telenovelas (excepto en cuanto al punto cultural). Dentro de ese punto, aparece la importancia del “go”, todo un personaje en la historia y ese juego y su cultura y protocolos están muy bien pintados. A mí, que nunca juego a nada, que no quiero jugar (cuestiones de historia personal me lo hacen muy desagradable), me interesó mucho verla. Pero hubo algo más: un detalle que me sorprendió profundamente (como el planteo de una pareja donde la mujer era más de diez años mayor que el novio en Lazos de familia, aunque los brasileños no se atrevieron a llevar ese hilo hasta el final): la forma en que se planteó (como un chisme pero no tan terrible) el gusto de un hombre por otros hombres. Eso fue fascinante… No creí que se diera así aunque era evidente que había algo en el hecho de que al rey le gustara tanto el “chico” (que es una chica) que juega al go con él. Yo creí que iban a dejarlo pasar… pero desde el momento en que el rey (en una “scène à faire”) le confiesa a su “amigo” que “le gusta mucho”, supe que el tema iba a significar algo. Y fue muy tranquilo, muy no terrible en el fondo. Eso me sorprendió. Como en todo esquema de folletín, me tienen bien agarrada: quiero que lleguen los sábados para que pongan los dos capítulos siguientes.

 Ayer, fuimos a Belgrano (ufff con ese barrio donde ponen películas que no llegan al Sur o llegan dobladas o algo peor; que nos queda lejos, mucho, y donde estacionar sin pagar es casi imposible) a ver Días perfectos, de Wim Wenders, director que me gusta en algunos casos y no en otros. Sé que de los cuatro que fuimos, a dos nos gustó y a dos, no. A mí sí pero no con locura. Hasta ahí. Me hizo recordar mucho una película de Jim Jarmusch, Paterson, con Adam Driver, pero aquella otra me gustó infinitamente más, nunca la sentí larga y supongo que eso tiene que ver con la cultura de fondo, que acá está parada entre lo japonés y lo europeo y es estadounidense en Jarmusch.

Planteo de ambas películas: en el centro, un hombre que hace un trabajo muy humilde (colectivero en Jarmusch; limpiador de baños en Días perfectos) y sin embargo, es un filósofo y un intelectual (en Wim Wenders además, es amante de la música), lee, disfruta de su pequeño espacio, de su rutina y trabajo, tiene interacciones leves con otros, y al mismo tiempo, es un creador (en Jarmusch de poesía; acá de filosofía de vida, dicen que budista, tal vez, eso yo no lo sé porque desconozco lo asiático). Su vida..., muy rutinaria, está llena de esa creación, es, en el fondo, luminosa. Y él es realmente generoso. En eso, los dos personajes son iguales. El actor japonés de Wenders es verdaderamente increíble. La escena final es inolvidable y me recordó a otra donde hay un primer plano de alguien que habla en aquel caso, que se expresa en los gestos en este (pero en la película de yanqui la escena está en el medio, no al final: el maravilloso monólogo de Edward Norton frente al espejo en La hora 25 de Spike Lee).

Lo que más me llegó fue la relación intensa del personaje con lo estadounidense: lee a Faulkner y a Highsmith y TODA la música que escucha es estadounidense aunque hay algunas canciones cantadas en japonés (aclaremos, desconozco el lado musical de la película, y es importante: no soy de escuchar música, la verdad; sí conocía era la última canción, una bomba, sí, esa sí, hasta recordaba la letra). Lo de Faulkner me impactó. El hombre lee Las palmeras salvajes (mala traducción del título), con esa mirada profundamente conservadora de Faulkner (uno de mis favoritos durante muchísimo tiempo, aunque no comparto su ideología; creo que solamente dejó de ser mi autor cuando llegué a los afroestadounidenses y amerindios contemporáneos). En esa novela compara la decadencia que él ve en la modernidad y los valores profundos que admira y cree antiguos en dos historias que nunca se cruzan pero funcionan en contrapunto. De todos modos, significativamente, el personaje no termina ese libro. Lo deja y empieza otro de una autora japonesa: no puedo comentarla, no la conozco. Creo que eso es porque no acepta el pesimismo de Faulkner. Como fuera, el protagonista de Wenders tiene mucho de conservador (pero el lado que yo sí comparto, el tecnológico: usa casettes, libros físicos, cámaras con rollo, etc). Y tiene una forma de vivir firme, bella, generosa. Ese contraste entre lo que lo rodea y él es para mí uno de los temas principales; además de la idea de que lo externo siempre puede cambiar las cosas, torcerlas, de que nada se queda en su lugar mucho tiempo. Y por suerte (y contra Faulkner), el guion deja una serie de puertas abiertas en el aire, sobre todo una en cuanto a una posibilidad levísima de que el personaje deje de lado su soledad.

En resumen: es una película hermosamente hecha, muy pensada, dice lo que quiere decir. Y me gustó. No me entusiasmó como aquella de Jarmusch pero… valió la pena verla. En algunos sentidos, sobre todo en cuanto a lentitud, es tal vez demasiado europea para mi gusto. 

28 de enero de 2024

 

El niño y la garza de Miyazaki. (cine)  La vimos en un buen cine, como corresponde a una película con esos dibujos que son arte y, sobre todo, profunda belleza. Eso, antes que nada. Después, para que se sepa desde dónde escribo, Miyazaki me fascinó desde siempre aunque hay Saldungaray películas que no me llegaron (2 en particular). Mis favoritas siguen siendo "La princesa Mononoke" y "Nausicaa" y enseguida, "El castillo vagabundo". Pero esta me gustó mucho. Para dos personas que conozco y sobre todo quiero es "inconexa" y " le falta sustancia". Yo no lo veo así aunque entiendo la opinión. En todo caso, diría que la película sigue el esquema de las historias de aventuras, como "Simbad" típicas de las que hablan de viajes. Cada espacio al que entra el héroe tiene un guía, un obstáculo, un aprendizaje, etc.A mí eso me divierte y permite apreciar la increíble imaginación de Miysaki. Lo de la incongruencia no es así. Todas las historias tienen que ver con la necesidad de colaboración, de unidad, de grupo. Con algo que se podría pensar como una concepción del heroísmo como relacionado con el ser capaz de altruismo, de empecinamiento y sí, de altruismo verdadero. La variedad de seres, poderes y personalidades es apabullante. Y verla en pantalla gigante vale la pena.

Ah, y algo más. Todo Miyazaki está ahí. Los seres del bosque como sagrados (no monstruos, como pasa en producciones europeas),  las caras muy trabajadas de las viejas y viejos (al contrario que las de los jóvenes, que están vacías), la relación con lo natural y animal, el humor que estalla de pronto y la guerra como espanto. Para mí, una belleza.

Y una más (perdón, no puedo parar): esa costumbre que tiene Miyazaki (y que yo amo) de mestizar todo. Una mujer que se transforma en hombre joven andrógino; un “malo” (o con cara de malo) que de pronto, se vuelve aliado e importante, y al contrario… Hijo y madre que se cruzan a edades iguales… Todo eso forma parte de una visión del mundo que yo creo que el arte debe promover y de la cual hay que hablar siempre. Cuanto más la pienso, más me gusta la película.

3 de enero de 2024

Segunda temporada de Pagan Peak.  Bueno, terminamos la segunda temporada de Pagan Peak (Der Pass, en alemán). Cada vez me recuerda más a la primera temporada de True Detective (que es la que todos, menos yo, más quieren, así que si les gustó, esta es su serie; yo amé la segunda...). Es terriblemente violenta, sin mostrar del todo pero sí... y tiene una crueldad y una atmósfera mística que me molesta terriblemente. De a ratos, no miro. No puedo decir que no sea estupenda desde lo técnico, los recursos, el trabajo, la iluminación, las tomas..., porque lo es. Los alemanes suelen tener eso (y esta es de Alemania y Austria). Pero no es lo mío. Me gustan mucho más las policiales centradas más en el investigación que en la violencia y por eso, disfruto sobre todo las partes que se dedican a la investigación (y no a los malos de turno) y a los problemas personales psicológicos de los dos detectives, ambos muy complejos (lo mejor de la serie, para mí). Pero además de ese rasgo sádico constante (que me recuerda bastante a lo que no me gustaba de El cuento de la criada y por eso la dejé después de la segunda temporada), lo que no me gusta es lo que se ve en toda Europa central: ese uso constante de la ciudad vs. el bosque como una repetición de la oposición que acá se expresa con "civilización vs. barbarie". El bosque es horror, la naturaleza es pura violencia, y hay monstruos en el bosque, monstruos muy temibles. Lo que pasa con ese planteo (que aparece hasta con sus ropas religiosas en el principio de la tercera temporada: Dios vs. el Diablo) es que vuelve a ser el de Hawthorne, en EEUU, ese miedo a lo que hay de natural, de "animal", en el ser humano. Pero..., la verdad es que incluso en Hawthorne, el monstruo es siempre un humano o un grupo de humanos. Acá también. No comparto ese planteo. Tengo que decir que el suspenso es excelente, la factura general, los diálogos, todo eso. Por eso, la veo (a medias, hay partes en que desvío la vista, se parece demasiado al terror). Pero sin duda, me quedo, lejos, con la hermosa versión de "El puente" que se hizo entre Francia e Inglaterra con el nombre de "El túnel". Ah, en la segunda, eso sí, empieza a aparecer un lado social, y de defensa del medio ambiente que me parece mucho mejor que lo de los locos sueltos, pero es..., bueno, un segundo tema, no el centro de la investigación. 

30 de diciembre de 2023

As You Like It.  Me vi por HBO una película rarísima (no sé si me gustó…, digo, la miré hasta el final, pero no sé qué le agregó el enfoque de la ambientación) que es una adaptación de “As You Like It”, la comedia de Shakespeare, no entiendo por qué, trasladada a Japón, pero con actores absolutamente ingleses y conocidos, desde Kevin Kline hasta Alfred Molina, Bryce Dallas Howard y otros. La dirige Kenneth Branagh, lo cual no me sorprende: no suele gustarme como director. La cuestión es que toda esa comedia de enredos y cambios de sexos y travestismo, tan común en Shakespeare, pasa en un lugar de Japón y la estética es japonesa pero nada más… Me sorprendió, por un rato me divirtió, me gustó escuchar el inglés… pero nada de eso cambia nada de lo que se muestra. Me dejó… sorprendida, rara. La seguí hasta el final, claro, con lo cual, no me disgustó pero no entendí las razones… 

Pagan Peak (Der Passe).  Estamos viendo en HBO una versión (totalmente diferente, todas son diferentes, por eso me encanta verlas) de la primera serie sueca (que no vi) y las siguientes sobre un cadáver encontrado en una frontera, justo ahí, lo cual hace obligatorio que colaboren las fuerzas de los dos países involucrados. Yo vi The Bridge (EEUU-México), primera temporada muy buena, segunda menos, después la dejé porque no me gustó nada, se volvió medio defensa de la mano dura y los parapoliciales. Vi después la de Inglaterra/Francia, que me encantó. Se llamaba “El túnel”, porque pasaba en el túnel bajo el Estrecho. Y ahora esta, en la frontera entre Austria y Alemania. Der Pass, o Pagan Peak, en HBO max. 

A ver: la producción, la filmación, los diálogos, son excelentes. Los trabajos de los actores que hacen a la policía alemana (simpática, empática, interesante) y al policía austríaco (cerrado, corrupto en algunos sentidos, incomprensible, misterioso y muy inteligente) son realmente muy buenos. Y el que hace del asesino también. Y el casting y el vestuario están impecables (me fascinó el uso del rojo en medio de ese paisaje de nieve infinita de los Alpes y la ropa de él, gris y desprolija, un poco a lo Columbo pero con señales mezcladas con algo de clase ¿alta? ¿que fue alta alguna vez?). Para mí, en cambio, a la historia le falta un poco de apunte social, todo es sobre la locura y la crueldad humanas de un individuo (típica del “asesino serial”). En ese sentido, me hace (todavía no la terminamos) acordar mucho a The Fall, la estadounidense, que en su momento me dio la misma sensación de placer al verla (el suspenso me gusta, los razonamientos también y las vueltas de tuerca) y de miedo, cosa que no disfruto (los momentos de mucha crueldad, insinuada sobre todo, y de “miedo”, me hacen desear dejarlo, a veces, no miro del todo, siempre dije que soy cobarde). En general, muy buena serie, sin la excelencia de algunas que no son solo retratos individuales sino algo más. 



 Der Pass (fin de primera temporada).  No sé por qué sigue porque la historia de la Primera temporada ya terminó. El final me gustó muchísimo: se desata en ese final algo que podría llamarse “scène à faire”, escena que debe hacerse, no solo sobre el peligro que corre uno de los dos protagonistas sino también sobre la relación entre ellos. La primera parte de lo que acabo de decir me interesaba poco y me asustaba verla porque aunque era obvio que íbamos hacia ahí (para mí fue obvio antes de que lo fuera a nivel del argumento: yo realmente lo supe un tiempo antes, por leyes de la narración), la tensión era extrema, tanto que ya no me era fácil verla (así soy). La segunda, la de la relación entre ellos, me pareció de una dulzura increíble y necesaria, el tipo de escena que después yo recuerdo durante años (como recito para dormirme una de Por siempre, Cenicienta, una película intrascendente que, por esa escena, vi mil veces). 

Pero además de eso…, veamos: como en tantas, tantas películas y series europeas, hay algo ideológico en el sentido más elemental de la palabra, el de las “ideas”, contra lo cual estoy totalmente en contra: el odio al bosque, la idea de que el bosque es un lugar terrible (de ahí –acabo de leerlo en un artículo en el diario, un excelente artículo— viene “emboscada”), la naturaleza es espantosa y quienes la defienden son… locos, violentos, etc., etc. Todo eso contra lo que hablan los pueblos originarios de América y África. Esa parte, no. No la comparto en absoluto. 

Lo segundo es cómo se repite (The Fall es un buen ejemplo pero hay cientos de películas así, incluyendo El cuento de la criada, la serie después de la primera temporada) la victimización de las mujeres…, aunque acá por lo menos hay una que se defiende y se empecina. Los asesinos seriales matan hombres pero se las toman sobre todo contra las mujeres. Eso duele y me cuesta mucho verlo. Veremos cómo sigue la segunda temporada…, ya con otros protagonistas, supongo. 


18 de diciembre de 2023

 Bank of Dave Estamos sin serie. No encontramos ninguna que nos enganche y seguimos mirando y abandonando en uno o dos capítulos. Por eso, vemos más películas (que no era nuestra costumbre). Ayer terminamos de ver esa tontería absoluta que es The Lost City (no hace falta comentarla, no vale la pena) y nos vimos otra (que tal vez debería repasar hoy en la siesta porque la vi muy cansada y medio dormida, confieso). Se llama Bank of Dave. Inglesa y de ese género que me encanta sobre pueblos chicos que viven en comunidad y que de alguna forma, son más humanos con la gran ciudad (en las inglesas, esa gran ciudad es Londres y siempre hay un personaje que es de Londres y se traslada a lo que nosotros llamamos "el interior" y descubre otra forma de existir). Es muy light, sin duda, aunque cuenta una historia chiquita   (casi real, dice la traducción; trueish, en inglés) sobre la creación de un banco diminuto en un pueblito,  un banco de micro préstamos (recuerdo que ese tipo de banco empezó en la India), el primer banco que se creó en Inglaterra después de 60 años. El banco sigue ahí, en el pueblo. La historia es "real". Me divirtió mucho (aunque para mí tenía demasiadas escenas de música que repetían la misma idea, la de la comunidad). Pero sobre todo, me levantó el ánimo. Reconocí a varios actores ingleses de quienes no sé los nombres pero que vi mil veces en series. Para pasar un rato..., me pareció muy buena. Y más allá de lo "historia real", tiene una discusión muy interesante y certera sobre lo que debería ser un "banco" .

9 de noviembre de 2023

 

The Bay. Cuarta y última temporada. Terminamos hace un tiempito, unos días, dos supongo. Empezamos otra que por ahora no quiero comentar porque no termino de entrar y no es justo, creo que eso tiene que ver con el sueño y los días y los nervios de las elecciones. Pero con respecto a The Bay, la verdad es que me gustó mucho. Tiene la solidez y la buena producción de otras como Shetland, Vera, Happy Valley, Line of Duty, ese tipo de series inglesas, tan bien hechas, de las que yo recuerdo algo (no todo, sobre todo no los casos, que, en esta, son siempre particularmente enredados porque duran toda la temporada). La tercera temporada sigue siendo la que me gustó más, sobre todo porque muestra la angustia, el sufrimiento de quienes sufren bullying o racismo y no saben cómo salir de esa trampa. La cuarta vuelve sobre eso, en parte. Volvió a gustarme excepto la solución del “caso”, tan rara como era la solución del “caso” en Mare of Easttown, la de Kate Winslet, excelente hasta que sabemos quién fue…, y en ese momento se arruina. Lo de Mare me pareció peor que esto pero acá tuve la misma sensación de incredulidad y de… cierta traición. En cambio, me encantó el retrato del jefe de la repartición policial…, un personaje absolutamente querible para mí. Y también algo que a algunos, seguro, no les atrajo: la forma en que “se soluciona” la crisis familiar de la protagonista, la “contacto”, segunda en el puesto en la serie. Una alegría haber pensado en verla.

A Haunting in Venice.  Malísima la película de Branagh… La vi en Starplus. Ya había visto otras donde él hacía de Poirot (trabaja bien, pero el personaje es tan odioso en general que creo que él lo hace demasiado querible, por lo menos para mí) y me parecían para pasar el rato, un 5, un 6. Esta es horrenda. No me gustaron ni las tomas ni el guion, nada de nada. Obvio que termina siendo predecible porque es Agatha Christie (y no hay nada más predecible que ella: de una forma retorcida siempre es el último en el que pensarías). Pero noté una tendencia general (no en esta película, en varias, incluyendo miniseries policiales) a poner ciertas culpas en chicos muy chicos o adolescentes. Eso no me gusta…, me arruinó Mare of Easttown, por ejemplo (sorry por el spoiler). En fin, una pérdida de tiempo excepto por las hermosísimas tomas de Venecia, lugar al que fui dos veces (la última vez en 1985…, imagínense) y que me fascinó las dos veces. 

 Sex Education (casi hasta el final).  Estoy terminando ver la última temporada de Sex Education, que, según creo, es la última, termina acá. Tiene ese aspecto (me falta un pedazo del último capítulo). Cómo me gustó esta serie. En todo sentido. Es una serie que mira el sexo desde un lugar muy, muy abierto, muy pro derechos de las diversidades, y lo hace sistemáticamente, siempre y de una manera muy conmovedora, desde mi punto de vista, con algo de grotesco para compensar, porque ahora ya no se puede ser conmovedor directamente en general, habría que pensar por qué… Esta última temporada naturaliza lo queer (en un personaje que amo y empecé odiando, y eso solo es un gran mérito sobre el optimismo en cuanto a la naturaleza humana y la duda sobre divisiones como “malo” versus “bueno”), lo gay (en varias parejas), lo heterosexual, y deja abierta la posibilidad de redención para muchos. Los personajes son muy pero muy queribles, todos, incluso los “enemigos” de los protagonistas, como la china de esta última temporada. Las actuaciones para mí, excelentes. Hay escenas que creo que me voy a acordar siempre…, como todas las del personaje que era el que hacía bullying en las primeras, todas; o las del encierro en el ascensor en el anteúltimo capítulo, y las de la protagonista (hermosa, hermosa mujer), Maeve. Pero tal vez, lo que me cayó mejor fue toda la cuestión religiosa (bautista) de Eric, que cree en un dios/diosa fabuloso, que aparece en persona y que lo lleva a rechazar una iglesia que no acepta que él es gay, y que siempre lo fue. Me pareció hermosa. Siempre digo que voy a volver a ver estas series que me encantan, y después no lo hago (lo hice apenas con algunos capítulos de Outlander, los que tienen “scène à faire” y algunos de Anne with an E y de La rueda del tiempo, últimamente por lo menos; ah, y completa 7 Seconds). Con esta lo diría. Y eso que todavía no vi el final. 

Ayer terminé Sex Education. La última media hora que me quedaba no me dijo gran cosa..., digo, nada que no haya dicho en el posteo anterior. Excepto, tal vez, la escena de Maeve con su profesor insoportable, ese que le había hecho tanto daño al opinar que "escribir" no era para ella. Esa escena me pareció necesaria, sobre todo porque vi a profes maltratar como locos en mis tiempos de docentes. Aunque sé que, sobre todo en el Traductorado (no en la Facultad), algunos no la pasaron bien conmigo (sé que era exigente), de ninguna manera hice algo parecido a eso. O por lo menos intenté no hacerlo. El hecho de que ella le dijera que un profesor (como un padre) tiene poder en las palabras, un poder inmenso sobre los más jovenes, me pareció una maravilla. Algo que hacía falta decir. Y el mismo mensaje está en la cuestión de la iglesia que rechaza la homosexualidad..., y ese dios/a negra que la abraza y el hecho de que Eric decida hacerse pastor. Creo que con eso se cerró la serie y se cerró de una manera hermosa, bien política, como me gusta a mí. 

 

31 de octubre de 2023

 Bueno, la crítica de la película que vimos en el cine el sábado no va a ser agradable. Ahora la agrandé un cachito. Pido disculpas de entrada si alguien opina exactamente lo contrario. O no, no pido disculpas. Se trata de gustos, supongo... Como sea: salimos agotados y furiosos... Ayer, aunque yo sobre todo quería ver la película de un director que amo, Fincher, The Killer, (imposible xq la dan en horarios de m), fuimos a ver "Los delincuentes", una argentina que eligieron para ¡¡el Oscar!! Este posteo es una continuación de la eterna guerra que tengo con los críticos de cine de Página 12, diario que realmente quiero (aclaro por si las) y que leo, y en el que también escribo. Simplemente no compartimos ningún criterio, creo yo, salvo excepciones. Incluso recuerdo una vez en que no les había gustado nada algo y a mí me pareció hermosa la historia. Pero sobre todo es al revés. yo debería hacerme una regla inquebrantable: jamás ir a ver una película a la que ellos le pongan 9 o 10. Ya nos clavamos con varias, sobre todo recuerdo ese espanto que fue para nosotros Policía Adjetivo. Y Los delincuentes fue igual. Es sobre la rutina y el doble. El doble está ahí desde el principio: los nombres todos parecidos, Norma, Román, Lorna, etc; las dos firmas iguales en el banco; el hecho de que son dos amigos (aunque los dos actúan de dos maneras distintas), dos partes para la historia. Pero eso no es nada: es que todo, todo es muy lento, muy pero muy metafórico. Muy simple y repetido y al mismo tiempo, muy complicado sin razón. Pretencioso, sin duda. No sé por qué nos quedamos hasta el final. El mensaje: la rutina te mata, ser libre es no tenerla, la única salida (por lo menos la única que muestran) es el arte...  Para el Oscar, no. Mil veces Puan. O alguna otra que no vimos. ¿Un 9 o un 10? No para mí. Para mí..., no sé, como mucho 4.

 The Bay temporada 2: La terminamos ayer y empezamos un capítulo de la 3 que yo tuve que volver a ver hoy porque ayer me dormía. Creo que la tercera me va a interesar todavía más porque tiene que ver con racismo. Se ve que estaba agotada por el lunes: chicos, gimnasia y encima fui a Lomas y volví y caminé las cuadras que conté, unas 28. La anterior, que terminamos, era más tradicional en tema para un policial inglés pero tenía una característica interesante: las dos líneas típicas del policial, por un lado el caso y por otro la vida familiar-personal de los policías protagonistas están muy presentes en el argumento todo el tiempo y las historias se alternan con mucho ritmo, muy pero muy bien, sin cruzarse. A veces, se las cruza, el culpable resulta ser el amante de la policía o algo así; acá no y por eso me pareció muy bien todo. En algún sentido, resolvía problemas del jefe de la policía que está en el centro en la serie, una que se encarga de las relaciones de la policía con las familias de las víctimas, una “liaison” y también de su jefe. Eso me interesó mucho. Lo mismo que la presentación de la toxicidad de ciertas relaciones de pareja y de ciertas personas muy seductoras, mentirosas y más. Por otra parte, los paisajes –ese mar con mareas enormes que dejan los barcos en el barro, sin agua; esas casas de tres, cuatro pisos, no más, muchas todas iguales en la misma cuadra; ese universo tan inglés de pueblo chico junto al mar— son realmente tristes y bellos al mismo tiempo y las actuaciones, para mí, perfectas. No creo que recuerde una sola de las historias pero da gusto verlas. 

27 de octubre de 2023

Ayer terminamos la primera temporada de Bay, una serie en HBO. Me viene gustando. Es de ese tipo de series inglesas de pueblo chico como Vera, Hidden y otras que transcurren en Escocia, Gales, Manchester o un pueblito Junto al mar. No conozco a ninguno de los actores pero son excelentes, igual que el manejo del suspenso, la tensión, las tomas, los colores, todo. Fue un solo caso o tal vez seria mejor decir dos unidos en 8 capítulos. Veremos la segunda. 

22 de octubre de 2023

 

 

Killers of the Flower Moon.  Una de Scorsese sobre la cuestión amerindia a comienzos del siglo XX (década de 1920). A ver: me conmovió mucho; es mi tema; los actores (menos De Niro que de a ratos es “De Niro el malo”, como siempre; y al final hasta Di Caprio, cuando lo imita), muy bien; las tomas y los escenarios y los diálogos, muy bien; la última escena donde terminan la historia con un radioteatro (en el que aparece Scorsese mismo); ver aunque fuera poquito a la grande de Tantoo Cardinal, la actriz amerindia; y sobre todo, el hecho de que es una historia que hay que contar y contarla mucho…, ah, y una más, buena: que hablen de Tulsa y la masacre de los negros, que pasa en el mismo momento (para marcar cómo EEUU se construyó sobre un genocidio y la esclavitud y cómo eso lo sigue marcando como país en el siglo XX, y el XXI, al que no se llega)…, todo eso de acuerdo. Es demasiado larga, podría resumirse bastante, esa es la primera mala. La segunda es que los malos son demasiado malos y los "buenos”, los amerindios, demasiado buenos y tal vez, confiados. Falta algo de profundidad psicológica ahí y creo que fue Odi el que lo marcó primero. Yo confieso que como me interesaba tanto y veía tantas cosas que confirman mis estudios en los detalles…, lo dejé pasar. Por ejemplo: están presentes todas las formas en las que en los EEUU se manejó el genocidio: promover la borrachera y la venta de whisky; promover las enfermedades para las que los pueblos de América no tenían anticuerpos; matarlos a tiros, claro está; envenenarlos, sí, eso también (y también se hizo acá). El catálogo sigue…, y el objetivo era fácil de entender: quedarse con sus tierras. Sus tierras, que el gobierno les había entregado porque las creía sin valor. Oklahoma que no valía nada y después tuvo petróleo y después uranio (aunque ahí no llega la película). Fue hermoso ir a verla con amigos, Nora, Judit, Carlos, Mario y nosotros y charlar y comer (mal) después. Una linda noche para olvidar la angustia que ahora, parece estar aflojando.

 

Reptile. La vimos en Netflix, creo, una policial y de misterio y suspenso con Benicio del Toro y otros actores conocidos. Muy interesante. El misterio de una muerte se va desplegando hasta que se cruzan las investigaciones del detective que hace del Toro en un día raro x lo agitado y bello para mí de temperatura, después de 34 cuadras x Lomas y dos supermercados, fuimos al cine a Temperley a ver "Puan". Me pareció una gran película y me pegó muy mal. En gran parte está filmada en Puan. No creía que le iba a afectar así. Los chicos, el patio, las aulas, los carteles, ese "volver" a un lugar que amé y del que no quería irme (me jubilé em defensa propia, frente al gobierno de Macri). El tango central en la película, "Nieblas del Riachuelo", donde los barcos se mueren esperando volver al mar es una gran pegada. Los celos entre profes y las tomas de la Facultad, con las caras de los desaparecidos y la entrada, todo, me golpeó fuerte.Y el tema de la continuidad de los proyectos..., ah, mi cátedra cerrada cdo me fui.... Pero fue un placer verla. Los actores, impecables... La vida privada del protagonista también, sus amistades, su posición en la policía. Me pareció muy bien hecha dentro de un género muy conocido (ese que suelen definir como “nadie es lo que parece”). No hay mucho más, pero eso basta para pasar un buen rato… Hay algo terrible en la fosa podrida que descubre el detective, algo que da miedo. No estoy de acuerdo, claro, con el uso de los “reptiles” como metáfora de condiciones, rasgos, etc. absolutamente humanos.

Top Boy.  La dejé hace mucho, creo que desde el primer capítulo aunque vi varios pero cuando me pasa lo que me pasó con esta, termino viendo en diagonal, tratando de ver y no ver al mismo tiempo… y al final, lo voy dejando y prefiero que Odi me lo cuente. Me interesa hablar del tema pero creo que más que nada estoy hablando de mí, de mis gustos y debilidades y no tanto de las series así que…, no sé hasta qué punto interesa. Ahí va, de todos modos: acabo de terminar La rueda del tiempo, que veo a solas. Es muy, muy violenta, tanto como Top Boy, pero transcurre en un mundo imaginario y aunque está hablando del nuestro, claro, siempre es así, yo tolero mucho más la violencia así…, la estudio como si fuera una metáfora porque lo es (igual, hay límites: en GOT, dejaba de ver cuando se mostraba la tortura a uno de los personajes). Así, la tolero más. Hasta podría decir que me produce placer cuando funciona como metáfora… Esto, lo de la serie inglesa, donde todos son negros de Jamaica u otros lugares que terminan en Londres y por más que hacen para salir adelante, terminan en ese negocio que los hace polvo, los deshace desde los once, doce años…, no, no lo tolero. Porque además, en la historia, ese destino está fijado por los símbolos y los puntos de vista desde el principio. Nadie se salva. Hay algo… tétrico en eso, esa falta de esperanza. No digo que no sea así para la gran mayoría de los que se encuentran en esa situación…, pero me parece hasta políticamente equivocado porque si no hay esperanza, ¿para qué pelear? No, no puedo. Excelente serie en muchísimos sentidos, para quienes puedan verla. Para mí es de terror y no veo terror, nunca, si puedo evitarlo. 

Puan. Cine.  Ayer, en un día raro x lo agitado y bello para mí de temperatura, después de 34 cuadras x Lomas y dos supermercados, fuimos al cine a Temperley a ver "Puan". Me pareció una gran película y me pegó muy mal. En gran parte está filmada en Puan. No creía que le iba a afectar así. Los chicos, el patio, las aulas, los carteles, ese "volver" a un lugar que amé y del que no quería irme (me jubilé em defensa propia, frente al gobierno de Macri). El tango central en la película, "Nieblas del Riachuelo", donde los barcos se mueren esperando volver al mar es una gran pegada. Los celos entre profes y las tomas de la Facultad, con las caras de los desaparecidos y la entrada, todo, me golpeó fuerte.Y el tema de la continuidad de los proywctos..., ah, mi cátedra cerrada cdo me fui.... Pero fue un placer verla. Los actores, impecables... 

 

The Burial.  (Amazon Prime). Una película con Jamie Foxx y Tommy Lee Jones y dos papelitos de Brendan Fraser y Lithgow al final. Una de juicios, que es un género que me encanta. A ver: basada en un hecho real…, una lucha entre una empresa chiquita de entierros y una especie de mega corporación…, y por supuesto (para eso se cuenta) ganan los chiquitos (no es espoilear, es el guion del género). Me pareció que el abogado está un poco exagerado pero lo que para mí tuvo a favor es la discusión de dos temas centrales para los EEUU: el dinero y su importancia absoluta; y el racismo, que es quizás, el tema central. La pasé bien viéndola (aunque me cuesta estar despierta mientras tomo esta cosa para la alergia a ver si se me va lo que siento en el oído), me divertí y de a ratos, los diálogos y conclusiones alrededor de la raza, me parecían excelentes. Le falta mucho para ser una “buena película” pero es perfecta para pasar el rato y aprender un poco sobre la cuestión “juicios” en los Estados Unidos.

6 de octubre de 2023

 

The Wheel of Time (final de temporada 2):  Como en la temporada 1, en la 2, la historia termina en algún sentido y hay una “coda” corta en la que vuelve a abrirse para seguir. Me alegro muchísimo. Cada vez me gusta más la serie. Es tan violenta como GOT (que me encantó) y tan compleja también. El mundo del escritor, R. Jordan, al que no leí, tiene otras reglas, claro, hay mucha más magia y un binarismo bastante obvio entre Luz y Oscuridad que se desfleca de a ratos (eso es lo que me gusta) pero sobre todo hay mucho pero mucho poder en las mujeres y eso es, siempre, emocionante. Me gustó mucho la cuestión coral, esas historias que se trabajan entre muchas y el hecho de que no podría decirse quiénes son los protagonistas, no con seguridad, no solo porque hay dos generaciones (los “chicos” poderosos que vienen los cinco del mismo pueblo y tienen poder en sentidos muy diferentes por un lado; y por otro, las mujeres poderosas de la Torre Blanca como Moiraine y Siuain, la Sede y los guardias como Lan) sino también porque se cruzan personajes más o menos secundarios y porque los adversarios o enemigos también son varios, cada uno con su personalidad. Me pareció genial (podría haberlo previsto, claro está, lo preví uno o dos capítulos antes) que la “solución” de la Batalla del final necesitara a los cinco y no solo al supuesto “Dragón Renacido” que es el “héroe” que todos buscan. Me fascinó el rechazo profundo a la crueldad de la esclavitud (muy bien representada) y hasta (aunque no es lo mío) el deseo de muerte de Ishamael…, que es realmente interesante. Me fascinaron los paisajes, las locaciones, las tomas, las ideas, los colores, el espanto cuando llegó. Tal vez, hay algunas soluciones visuales que son…, no sé, a mí no me convencieron, pero no tanto como para sacarme de ese mundo. La disfruté muchísimo.